ゴシップ (Gossip)

Oshioki no jikan

Akane:

Observaba de reojo hacia el pupitre donde se encuentra Zero, y sin darme cuenta soltaba suspiros imperceptibles de vez en cuando. Nadie me notaba porque se encontraban más ocupados prestando atención a la clase, que había comenzado hace unos pocos minutos.

Entonces una hoja llega hasta mi lugar y yo con intriga la observo; examen de física. Estoy muerto, no estudié nada, ni si quiera sabía que había examen. Ahora sí suelto un suspiro que mi compañera a la izquierda alcanza a notar y muy bajito me dice "esfuérzate Akane". No me queda nada más, con determinación tomo el examen entre mis manos y comienzo a leerlo para darme cuenta que casi no entiendo nada, y que por una vez debo dejar de observar a Zero y concentrarme totalmente en esto.

¿Debería pedir las respuestas?

No, no.

Escribo mi nombre, la fecha y el grupo. Marco las respuestas de las que estoy seguro que son correctas y dejo lo más difícil para el final, es decir, más de la mitad de la prueba. Leo la pregunta una y otra y otra vez para tratar de entender algo; mis manos están frías, puede que esté comenzando a sudar, ¿por qué es tan difícil esto?, necesito aprobar, no puedo pedir siempre las respuestas o la tarea, había decidido esforzarme más en mi futuro y no sólo en mi apariencia; soy terrible para mantener un ritmo estudiantil en mi vida, que asco me doy.

Cierro fuertemente los ojos y suelto un gran suspiro para relajarme, pero de manera súbita la pregunta en mi papel ha cambiado.

Soy el más popular:

a) Si  b) No  c) No lo sé

¿Qué?, con rapidez vuelvo a cerrar mis ojos para tratar dejar de alucinar. Pero no da resultado, una nueva pregunta aparece delante de mis ojos.

Soy más lindo que otros:

a) Si b) No c) No lo sé

Comienzo a hiperventilar un poco, y doy vuelta a la página en vano, puesto que del otro lado todas las preguntas son exactamente la misma.

Es tiempo de castigarte:

a) Si b) No c) No lo sé

Siento que mi corazón se hunde, mis manos tiemblan, y por el estrés aprieto mi mandíbula con fuerza haciendo que mis dientes rechinen unos con otros, a la vez que dolorosos recuerdos vienen a mi mente.

Era tan sólo un niño pequeño, me encontraba en una esquina del enorme patio del jardín de niños, veía a las niñas correr y jugar de un lado a otro con grandes sonrisas en su rostro, yo me encontraba solo, esperaba a que alguien se acercara a hablarme, pero pasaban de largo; sólo dos niños al verme comenzaron a caminar más lento, y uno le comienza a susurrar cosas al otro,"no puede ser, ¿ves su nariz?, es horrible", el contrario se comenzó a reír con maldad, yo simplemente aparté mi vista de ellos, con los ojos llorosos y un puchero. Me abracé a mi mismo esperando a que se aproxime el timbre de salida lo más pronto posible.

Años después me esforcé por comenzar a lucir mejor, sin embargo, no dio los resultados que yo esperaba. "Luce como una chica, ni si quiera te acerques" susurraba la madre de uno de mis compañeros de clase al ingresar al instituto, rápidamente mi compañero comenzó a advertirle lo mismo a los demás y de esta manera nuevamente nadie quiso acercarse a mi, pasaba las horas de estudio solo, y cuando culminaban las clases, regresaba a casa solo, la sombra y hojas de los árboles cayendo era lo único que me acompañaba en mi largo recorrido hacia mi hogar.

-¡Por favor entiende que no tengo nada de malo! -Grité una vez hacia uno de mis compañeros después de haberme ignorado cuando me apunté para jugar con él a la pelota, todos me miraban extraño, pero más aún el chico que yo trataba de confrontar.