𖤐 Capítulo 57

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El templo de Tiz recolecta cada año copas de cálices llenas de maná de luz y poder divino, sus sacerdotes y santos rezan a los dioses y derramaban su poder en el cáliz que se les asignaba por el templo. Cada cáliz iba a determinadas ciudades y pueblos del imperio; al igual que en el templo de Tiz, el templo Luminous de Starklyn y el templo Liyid del reino de Magna realizaban este ritual.

Los sacerdotes y santos rezaban por siete días y seis noches tomando descansos sólo para comer a media tarde. Era un trabajo duro, pero era necesario. Del maná de luz y del poder divino en los siete días santos se consagraban los cálices en el salón de ritos santos y luego de un mes eran enviados a todos los lugares del imperio

Esto con el fin de preparar la tierra y a las personas para evitar plagas, y que el invierno no fuera tan duro con ellos ayudando a que la tierra soportará el cambio de estación y fuera fructífera en primavera.

Este era un rito que los dioses les enseñaron a los dragones y ellos se lo transmitieron a los humanos, plasmandolo como uno de las pocas enseñanzas santas de antaño en los libros santos.

Similar al salón del oráculo dónde sólo el sumo sacerdote tenía acceso, el lugar donde los dioses hablaban directamente con el humano más "santo" entre todos y daban profecías.

La cosecha de poder divino se había generado en abril a mediados del mes, lo que Ann dictaminó era "la semana santa de ese mundo" debido a la importancia y la forma en la que el imperio actuaba cuando ocurría.

En esa semana todos los santos fueron convocados, entre ellos estaba la santa más reciente, Aisha Kastalia, quién debido a la manifestación tan grande de poder divino el día de su bautizo se le entregó los cálices de la región norte.

El lugar donde el invierno era más duro

Aisha había llenado con su poder 'divino' los cálices y aunque le fue muy difícil llenar todos los cálices para las grandes cuidades y los pueblitos del norte, estaban completos, ella sabía que su poder traería desgracia a todo el norte y que probablemente muchos sospecharian de ella, pero su dios le había dado la salida perfecta para lo que vendría, "El Norte estaba lleno de maldad, por eso los dioses los estaban castigando con una plaga"

Eso ayudaría a mantenerla firme como la santa que el imperio necesita y empujaria a los del norte a la muerte, ellos eran grandes opositores de su padre, por lo que necesitaba derribarlos para poder escalar y empujar al príncipe Damian al trono.

Ella ya se ocuparía de preparar un oráculo para el papa de la iglesia o el sumo sacerdote, cualquiera de los dos.

El festival estaba a mediados de semana y Aisha se había preparado para las noticias que llegarían pronto, ella se había mantenido alerta ante Ann, quién le dejó una enorme quemadura, pero después de unos días el poder divino que resumaba en su cuerpo ya no estaba, parecía que el ser sanada por esos sacerdotes nobles pobres le había dejado poder divino impregnado.

Para ella no fue una sorpresa cuando las noticias de que una gran epidemia se estaba desarrollando en el norte.

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Ann había hablado el mes anterior con su hermana Penny, ahora era madre de un pequeño muchachito que era muy lindo, tenía los rasgos de su padre, con los hermosos ojos verdes de su madre.

Emerick Pendrick era el más dulce príncipe del norte, Ann no conocía a nadie del ducado Heinz, pero estaba segura que ninguno de ellos era tan guapo como su encantador sobrino.

¡Ꭺ ꮮꭺ ꮇꮖꭼꭱꭰꭺ ꮮꭺ ꭲꭱꭺꮇꭺ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora