Prologo

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Tun tun, tun tun

Como si se tratara de una orquesta pudo oír el sonido de los corazones latiendo y bombeando por cada arteria conectada a ese hermoso órgano, tan grande, pequeño y al mismo tiempo algo fácil de aplastar. Era excitante estar rodeado de algo que carecía

— Tengo noticias y todo va según lo planeado.

Eran buenas noticias. El hombre vestido de blanco sentado frente a los tanques azules llenos de corazones de todos los tamaños y formas se levantó con una copa de vino en la mano. Sin apartar la vista de los tanques dijo satisfecho.

— Para ser un perro traidor resultaste más eficaz de lo que creí.

El hombre que estaba detrás de él vestido de negro miró al hombre de traje con ojos afilados y arrogantes.

— No me gusta que duden de mis capacidades. Soy más eficiente de lo que usted podría ser... mi lord.

Ja, ja, ja

Una carcajada salió del hombre de blanco que de inmediato se giró para ver al hombre detrás de él. La sonrisa desapareció y unos ojos dorados miraron furiosos al arrogante hombre quien por su parte, no pestañeó ante el aura amenazante.

— Que quede algo claro... Solo eres una extensión que puede ser cortada en cualquier momento. ¡No soy tolerante con las insolencias!.

El hombre vestido de negro y hizo una leve reverencia.

— Perdóneme, no era mi intención ofenderle.

El hombre de traje blanco suspiró con frustración — Desaparece de mi vista.

Sin objetar, el hombre de negro salió silenciosamente. Fuera de la extraña habitación similar a un laboratorio científico, el hombre miró a la mujer que lo esperaba al otro lado de la puerta.

— Estoy harto de esto — la mujer le tendió una tablilla.

— Los objetivos aún están vivos... — un chasquido de fastidió salió de su boca — ¿Cuáles son sus órdenes?

El hombre de traje negro caminó sin un rumbo seguido de la mujer que lo perseguía en silencio. No era el momento de actuar, hacerlo solo provocaría una división interna y más que nunca era momento de estar unidos.

— Por el momento hay que mantenerlo en secreto. Aunque lo desee estamos en una mala posición, adelantarnos según lo planeado arruinará nuestros planes — el hombre pensó y sonrió — Llama al sin cuerpo... estará encantado de acabar con las mocosas. Necesito que se deshaga de ella primero.

— De inmediato — la mujer desapareció tras la orden.

Por otro lado, el hombre de traje negro se detuvo y miró las petunias ¿Debería comprar flores? Presentía que muy pronto tendría que ir a un funeral.

02 Memorias De Un DescendienteWhere stories live. Discover now