Sospechas.

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—Voy a mostrarte un lugar, mi lugar favorito

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—Voy a mostrarte un lugar, mi lugar favorito.

Molly alza las cejas cuando lo escucha hablar, como si nada sucediera en el exterior. Le sorprende aún más que no quiera pelear con sus compañeros y quisiera dar un paseo junto a la chica. Ella entiende que lo está haciendo para que ambos se distraigan, sin embargo, no deja de sentirse culpable por salir a pasear cuando una pelea sucedía en el exterior. Iba a opinar, pero él le da la espalda y comienza a caminar. Si bien es cierto que puede permanecer sola en la enfermería, no veía otra opción más que levantarse y seguirle.

Sus pies descalzos no parecían apenar al chico cuando ella se acerca a su lado, solamente la observa de arriba abajo y suelta un chasquido enojado, aunque Molly no comprende si era para ella o para él mismo. De todos modos, continúan caminando por los pasillos del cuartel en completo silencio.

A su lado, Molly es muy baja y tiene que levantar la mirada para observarle. Sus ojos toman nota del chico a su lado. Nunca ha podido hacer aquello: observar a otras personas, ya que las considera extintas. Antes de estar ahí, había creído que ella es la única mujer en el mundo y Moritz el único hombre. Pero, en cambio, ahí está frente a otro hombre. Su cabello es castaño oscuro; caía desordenado por su frente y lo tenía algo largo por detrás; pronto podría incluso atárselo si lo desea, pero aún no parece posible. Sus ojos marrones con una mezcla de un verde muy oscuro tienen una mirada extraña, una que Molly no puede descifrar. En su cuello tiene un lunar, algo que nunca ha visto en los hombres. Ella está llena de lunares en todo el cuerpo, pero es pálida; en cambio, él parece tener más color en su piel. Supone que es guapo para el ojo ajeno y seguramente hace suspirar a otras personas.

Con respecto a su personalidad, Molly no sabe cómo definirle. Cuando se encontraron solos se comportó de un modo extraño, más calmado y algo frío; en cambio, cuando los otros Iluminados se encontraron en su presencia, Went se comportó como un niño sarcástico. A Molly, quien no sabe nada sobre las personas, le parece que Went aparenta ser de un modo que no es.

Su caminar es seguro, ella no suelta ninguna queja o hablaba, pero supuse que su presencia es molesta. Lo observa como si fuera un animal de laboratorio y no quiere intimidarle, pero ver a alguien diferente es extraordinario. Tiene que obligar a su mano a permanecer quieta, porque quería ir directo hacia él.

Cuando finalmente se detiene, Molly tiene que ordenarse a sí misma lucir segura. Sin embargo, ha dado un salto pequeño cuando él se detuvo en seco. Aún no se acostumbra a caminar a la par de otra persona, sabe que tiene que aprender a cambiar su modo de ser porque está segura que en ese lugar hay más personas y luciendo como una niña asustada no lograra nada.

—Deja de mirarme de ese modo —se queja al abrir la puerta que tenían frente a ellos. Sin embargo, ella no deja de mirarle porque le ha hablado mal y no quiere seguir siendo tratada de ese modo. No tiene por qué.

La chica alza las cejas cuando se encuentra cara a cara con una habitación extraña que al parecer Went quería mostrarle. Nunca había visto algo parecido, ni mucho menos estudiado. Están a oscuras, pero Went es quien enciende las luces para no estar en la oscuridad total. No son realmente luces, sino que al instante las paredes reflejan el mundo, en lo que parece ser un reflector en lo alto de la habitación.

Farewell City [Farewell City #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora