Comodidades.

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    Correr nunca ha sido su mejor habilidad, de hecho, está casi segura de que es la peor que tiene

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    Correr nunca ha sido su mejor habilidad, de hecho, está casi segura de que es la peor que tiene. Sin embargo, ahí está, corriendo por su vida con la espalda de Went como única visión delante de ella. No sabe cuándo han empezado a correr o a dónde es que se dirigen, pero la persecución ha comenzado diez minutos antes cuando el helicóptero empezó a expulsar Guardianes que bajaban con sogas y linternas gritando su nombre. Está consciente que aquello es una locura, nunca podrán estar totalmente a salvo de los Guardianes, ni mucho menos de aquellas personas que están deseando verlos muertos.

Went es quien comienza a correr sin explicarle a Molly adónde iban. Ella tampoco lo comenta, solo avanza a su lado tratando de seguir su paso. El corazón latiendo enloquecido por el esfuerzo, la respiración agitada, la sensación de poder perderlo todo en muy poco tiempo. Corren por los callejones de la civilización que ya ha comenzado y ella no sabe.

Hay un sector de Farewell en donde están las casas de los habitantes antes de que todo se volviera Glory City, en donde habitan actualmente los Guardianes, tanto soldados como civiles. Molly sabe que en esas casas hay restos de la vida de Guardianes, no hay provisiones y casi todas tienen alarmas que alertan a sus enemigos en caso de que algún Guardián se le ocurra la locura de habitarla.

Went gira con rapidez en la esquina de un callejón y cuando ella lo imita, se encuentra en medio del callejón de adoquines sola. Había desaparecido. La adrenalina existe en su cuerpo, sube y baja navegando por cada una de sus venas con locura. Su cuerpo pequeño se pone en guardia dispuesta a atacar a quien desee molestarla. Y así sucede: un Guardián trata de atraparla por detrás. Sin embargo, Molly es lo suficientemente rápida como para escaparse de sus brazos y darle un golpe en el pecho que lo deja sin aire por unos segundos.

El sentimiento de venganza la domina por unos segundos, aquel característico de lucha y pelea. Por un momento todo se vuelve rojo y luego negro, como si el enojo y la violencia fueran colores para ella. Quiere seguir haciendo daño, quiere lastimar a quienes le han lastimado.

—¿Qué haces? —exclama Went, apareciendo de la nada, con una expresión en el rostro que Molly no puede comprender. Parece confuso y mareado, como si no sabe qué hacer.

Algo sucede entre ambos y son esos momentos en dónde Molly duda de él por completo. Went no se mueve, no ayuda, no la defiende de lo que puede llegar a suceder. Se queda observando a una Molly paralizada. ¿Por qué? ¡Tiene que ayudarle! ¿Por qué está dudando? Ella no lo mira cuando propina otro golpe en el pecho al Guardián que trata de atraparla.

Comprende que no están tratando de lastimarla, sino de atraparla. No van a lastimarla y es una lástima, porque ella sí va a hacerlo. Ve sus ojos a través del casco que llevan, pero eso es lo único. Unos bonitos ojos marrones, pero que no tienen expresión. El enojo la ciega porque puede ver en esos ojos la muerte de su tutor, por un momento se da cuenta de que está frente a las personas que mataron al hombre que adoraba. No piensa, simplemente actúa.

Farewell City [Farewell City #1]Where stories live. Discover now