War.

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    Molly trata de entender la situación, trata, pero no puede hacerlo

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    Molly trata de entender la situación, trata, pero no puede hacerlo. Todo lo que ve en ese lugar es incorrecto dentro de su cabeza, hasta que observa lo que ha causado la muerte del animal. La persona que ha gritado aquello de los diez puntos, se encuentra a lo lejos encerrada en una celda con una pistola en manos. Molly da unos cautelosos pasos hacia Athena, apoyando las rodillas en el suelo ensangrentado para comprobar su pulso. Está viva.

—¿Está viva? Disparé en el momento que se lanzó sobre su cuerpo, no sé si la salvé.

La joven fija la mirada en el individuo aún sin poder creer lo que está viviendo, no porque lo cree imposible, sino porque es total e insuperablemente ridículo. El chico en esa especie de celda es rubio, pero un rubio apagado, y rizos por todo el cabello es lo que puede ver. Un rostro familiar para ella, pero nunca lo ha visto en su vida. De hecho, le parece un psicópata en una celda, aunque ha salvado a su amiga, no puede llamarle así.

—¿Quién eres? ¿Qué haces ahí encerrado? —pregunta al instante que lo ve, hablando torpemente y riéndose de sus propias palabras. Él se ríe y termina por ponerse firme a pesar de estar en una celda un tanto incómoda.

—Si me sacas te diré.

—No voy a sacarte —responde rápido ante la idea poco ingeniosa de compartir el techo y celda con un loco. No sabe si es un Iluminado, pero supone que lo es debido a su modo de comportarse.

—¿Por qué no? Yo salvé a tu amiga. Aunque lo hice porque me pareció bonita, aunque tú también lo eres. Aunque tu amiga está mejor, tiene esos ojos azules increíbles. Son parecidas, podrían ser hermanas. Aunque a veces los hermanos no se parecen mucho. Anda, sácame de aquí y te ayudaré a salir del laboratorio. Porque seguramente estarás atrapada, caer aquí es cosa de locos... Aunque...

—¡De acuerdo! —exclama Molly aceptando aquel delirio y poniéndose de pie para alcanzar la celda del chico. De cerca, luce realmente mal. Le preocupa su estado, nunca ha visto a una persona tan pálida como él. Sus ojos azules parecen cansados y grandes bolsas violetas debajo de los ojos demuestran pocas horas de sueño. Luce perturbado y demacrado, pero ella comprende que permanecer en una celda no es algo bonito. Él le da las indicaciones justas, le explica dónde está la llave y al encontrarla entre los cajones de un escritorio frente a ellos, logra abrir la celda.

Se mantiene atenta, con el arma preparada en caso de que sea un lunático dispuesto a matarlas. Aunque la única razón por la que lo rescata es porque Zeus les ha dicho que tendrían que salvar a alguien. Las mutaciones aquellas no parecen querer ser salvadas especialmente. Él es su única respuesta a una pregunta que se ha hecho por horas.

—Vamos, muévete, sacaremos a la chica de aquí e iremos adonde ustedes estaban.

Molly mira como el rubio se mueve con tranquilidad, como si fueran amigos de toda la vida o compañeros. Se inclina sobre Athena, guardando su arma detrás de su cinturón con total normalidad y la toma entre sus brazos. La chica permanece inmóvil, pero él es lo suficientemente fuerte como para mantenerla firme. La situación es extraña, pero debe adecuarse si quiere que Athena salga viva.

Farewell City [Farewell City #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora