Traidor.

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Las prendas caen sobre Molly y ella intenta esquivarlas, pero Blood no deja de lanzarlas sobre la cama en la que su compañera está sentada

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Las prendas caen sobre Molly y ella intenta esquivarlas, pero Blood no deja de lanzarlas sobre la cama en la que su compañera está sentada. Todo tipo de camisetas, vaqueros o cazadoras. Molly ya ha elegido un par, pero le sorprende que Blood consiga aún más. Tienen armas, Blood tiene acceso a ellas y no necesita dar vueltas a escondidas de Owen. Es una suerte, ya que Molly no desea encontrarse con él y tener la misma discusión, porque seguramente no le dará permiso esta vez. La última vez que se marchó fue secuestrada por largas semanas.

Con la vestimenta necesaria, ambas salen del cuartel sin ser vistas. Al ser pequeñas, no necesitan demasiado para esconderse entre la gente y la oscuridad para salir del lugar. Aun así, varias veces ven a Owen y tienen que esconderse. Molly sabe que está protegiéndola de las cosas que pueden pasarle y es su mejor pieza, pero de ahí a ser su marioneta no es algo que ella quiere. Los Guardianes no van a matarla, así que no teme escapar. Lo siente por Owen, pero él no es dueño de su vida.

En el exterior, varios guardias observan desconfiados a la chica, pero no necesita más que una mirada llena de frialdad para comenzar a caminar. Molly puede ver a Gabriel de guardia, de espaldas, y es una suerte que no las vea. Aún no confía en el hombre, pero está segura que no va a ayudarles. Blood parece decidida hacia dónde caminar y Molly confía en ella con su vida.

Según la morocha, Black está enfadado con las nuevas reglas del cuartel. Una de ellas es, no molestar a Molly Davies, cuidarla con su vida. Una vez más el conflicto con su persona, aparentemente famosa, vuelve a ser un problema que no quiere vivir. Recuerda la última vez, cuando Black trató de golpear su rostro en la sala de armas. Owen casi le ha dado la obligación de confiar en Molly y es comprensible que Black no quiera tal cosa. No quiere soltar una palabra de más, sobre todo cuando Blood está concentrada en su caminar. Pero algo le falta a todo eso.

—¿Adónde vamos? —pregunta Molly cuando se detienen frente al jeep de Owen. Un escalofrío le recorre el cuerpo, siempre que ve ese jeep se encuentra en graves problemas. Pero Blood no parece tener ningún sentimiento de angustia por él, se sube ansiosa esperando a Molly.

—A mi antiguo hogar —le responde cuando Molly la imita y se sienta a su lado en el jeep. Todo ese lugar huele a Owen y cada pequeño espacio le recuerda a él. Blood rie al ver los ojos llenos de nostalgia de su compañera, arranca el jeep y espera unos largos minutos antes de volver a la conversación—. Yo no tuve nada con Owen.

—Realmente no me interesa, Blood —responde con rapidez, porque a ella no le interesa la vida de otros, menos la de Blood. Aun así, siente un alivio al escuchar las palabras de su boca. No entiende el motivo por qué, a fin de cuentas, ¿quién entendía a los sentimientos? Ella no lo hace—. Lamento haber dicho esas cosas horribles.

—Con Went sí —sigue hablando ignorando los ruegos y las disculpas de Molly. La sonrisa aún existe en su rostro mientras maneja sin ningún tipo de problema—. ¿Quieres detalles?

—¿Qué? ¡No!

—Lo sé, no le presto tanta atención a las relaciones. Para mi es todo igual... hombres, mujeres. Son solo cuerpo y diversión —le cuenta si darle importancia a las palabras. A Molly le sorprende con qué facilidad cuenta esas cosas y parece que tiene más para decir—. Si te alegra saberlo, creo que Went también siente cosas por ti. No trates de negarlo, sé que algo ha pasado entre ustedes. Owen puede ser ingenuo, pero no yo. Además, Went no está.

Farewell City [Farewell City #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora