Disparos.

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Las manos de Went están sobre las de ella, tratando de quitar la daga de su cuerpo, pero Molly sigue queriendo enterrar aún más

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Las manos de Went están sobre las de ella, tratando de quitar la daga de su cuerpo, pero Molly sigue queriendo enterrar aún más. Cada vez que lo trata, cada articulación de su cuerpo le arde. Tiene que hacerlo, tiene que asesinarlo.

—No lo hagas —le ruega Went pegando su frente sobre la de ella, rindiéndose lentamente. Es tan fuerte como la chica, pero no se debe a un tema de sangre. Aprieta sus manos, tratando de lastimarla pero ninguno de los dos detiene su agarre. Es una pelea eterna, pueden permanecer para siempre de ese modo hasta que alguno se rinda. Y Molly ya se ha rendido mucho esa noche.

—¿Molly? ¿Dónde rayos estás?

La voz de Owen en su radio logra que toda esa condena termine, porque Molly no puede seguir quitándole la vida a alguien que le dice esas cosas. Da su último movimiento junto a la última lágrima que cae por sus ojos. Went ha fallado distrayéndose con Owen, por lo que Molly toma ventaja y clava la daga todo lo que puede. Escucha un alarido por parte de Went y nota cómo su agarre comienza a debilitarse.

Decide que no va a verlo morir, o por lo menos afirmar que ha logrado quitarle la vida. Sale corriendo de ese lugar; ha recuperado las fuerzas en todo ese tiempo de conversación, sobre todo por la rapidez con la que sana, y no necesita mucha fuerza para comenzar a correr hacia dónde le parece más correcto.

Los pasillos de aquel lugar son estrechos y oscuros, es la primera vez que ve un lugar de ese tipo entre los Guardianes. Por lo general ellos mantienen todo del mismo color. Aquel blanco que lastima los ojos es su preferido, pero estos pasillos son diferentes y por segundos recuerda su laboratorio.

Moritz. Si estuviera con ella en ese momento seguramente todo sería diferente. No solo porque estaría regañándola por pensar en el pasado, sino que jamás hubiese mirado a Went. No quiere pensar en lo decepcionada que está de su propia persona, porque las lágrimas podrían volver a caer una y otra vez, y no es lo que en ese momento desea.

Es fuerte como para escapar de ese lugar y reunirse con Owen. Conseguirán la cura para Lily, como han planeado, y volverán al cuartel. Went será un tema olvidado y no sabe qué hará luego. Sobrevivirá. Paranoica, pero va a sobrevivir de cualquier modo porque para eso ha sido entrenada y empieza a creer que ha nacido para sobrevivir.

Por más sorprendente que parezca, los pasillos están desiertos y aún no se escucha ninguna señal de intrusos. No recuerda qué es lo que los Iluminados deben hacer en el plan, porque su mente está nublada por el miedo y los pensamientos sobre Went. Ve una puerta, por fin, y no duda en entrar por ella.

La oscuridad la envuelve aún más cuando cierra la puerta, tratándola con lo primero que vio, que en este caso es una silla. No servirá de mucho, pero no sabe qué hacer para trancarla. Toma la radio del bolsillo trasero de su vaquero y le da una llamada a Owen.

—¿Owen? —pregunta asustada, sorprendida al escuchar lo quebrada que está su voz. Sus ojos aún no pueden acostumbrarse a la oscuridad de la nueva sala, pero pronto comienzan a hacerlo—. Dime que estás vivo, por favor. Por favor. Te necesito.

Farewell City [Farewell City #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora