Farewell City [Farewell City #1]

Gabriel I.

—¡No! ¡War! ¡No hagas eso!

El grito despierta a Molly al instante, rompiendo el sueño y obligándola a abandonar la playa con la que está soñando una vez más. Abre los ojos como puede, de manera dificultosa debido a la molesta luz que apunta directamente hacia su rostro. Odia las luces y los colores tan fuertes, después de la celda decide que su color favorito será el negro para toda la vida. Cuando puede reconocer la luz, nota que solo es una lámpara en el techo y es ella la que es sensible.

De a poco comienza a acostumbrarse a la luz y a los objetos; trata de observar a los alrededores, aún se le hace dificultosa la tarea. Puede divisar un cabello rubio corriendo por todo el lugar y algunas figuras que no llega a comprender. Necesita dos minutos más para entender que aquello que corre por todo el lugar era War, quien tiene algo en las manos y se enreda con cada cama por la que pasaba. Lo persigue Lisa, quien le grita cosas. Le provoca una risita inocente, incapaz de ignorar la situación. Los presentes detienen su persecución en seco para observar a Molly incorporarse en la camilla de la enfermería.

—¡Molly! —exclama War alegre, acercándose a su cama para observarla mejor, sin creer aún que esté viva. ¿Cuánto tiempo lleva dormida? Supone que ha sido mucho tiempo debido a la sonrisa de sus rostros. Una sonrisa que ama sin proponérselo—. ¡Pensamos que estabas muerta! ¡Delirabas toda la noche por culpa del antídoto!

—¿Antídoto? —pregunta una Molly confundida; observa a los alrededores y se encuentra con Athena aún inconsciente, salvo que esta vez Zeus está sentado a su lado, completamente dormido o eso pretende. Owen está sentado en la camilla contigua a la de Molly. Sonríe cuando sus miradas se encuentran y vuelve a sentir esa satisfacción que implica su mirada.

Es una alegría volver a estar con los Iluminados, es una alegría volver a estar en su hogar.

—No la marees, War, acaba de despertar —se queja Lisa acercándose con la linterna en las manos. Comienza con suma tranquilidad un chequeo en Molly, quien no se mueve, solo sigue las indicaciones que la doctora le da. Owen busca su mano y al encontrarla, entrelaza sus dedos con los suyos. No entiende bien el acto, pero ese pequeño gesto le da cierta tranquilidad y no le importa que la doctora observe sus manos unidas más veces de lo necesario—. ¿Cómo te encuentras, Molly?

—Bien, estoy bien —responde automáticamente y sin problemas, se siente en casa—. ¿Qué ha sucedido? ¿Han conseguido el antídoto? ¿Cómo está Athena?

—Elizabeth se encuentra estable, el virus se encuentra fuera de su cuerpo y estamos esperándola, despertará pronto. Solamente está esperando más público —bromea la mujer peinándose el cabello hacia atrás con tranquilidad, como si aquellas palabras las ha dicho más de cien veces—. Los chicos han encontrado el antídoto y te encuentras fuera de peligro.

—Ha sido gracias a mí obviamente —bromea War a su lado sonriendo como un niño pequeño. Luce feliz, como ella jamás lo ha visto, y al mismo tiempo diferente. Su cabello se encuentra más rubio que nunca y los rizos han crecido más de lo normal, tapándole los ojos. Pero se ve feliz y a ella también le alegra tal cosa.