Farewell City [Farewell City #1]

Atrapada.

—Toma, no mires hacia atrás y no dejes que te atrapen hagas lo que hagas, Molly Davies —dice Went mientras toma su rostro con ambas manos, obligándola a observarle. Él tiembla, de pies a cabeza, su voz no mantiene la seriedad con la que habla y nota que está debilitado. Le besa la frente sin explicación; con fuerza aprieta sus labios sobre su frente y vuelve a observarla con anhelo. Una pequeña parte de ella cree que va a perderlo de algún modo y aquello no le deja pensar. Cuando le da la espalda, cree que es la última vez que verá a Went Morton.

—¡Went! —exclama Molly cuando lo ve voltearse, pero no logra que se diera la vuelta para mirarla. Vuelve a gritarle una vez más pero ya no está y ella ha quedado entre el pasado y el futuro del chico, preguntándose a qué tiempo pertenece.

Los disparos la sacan de su ensueño al instante, logrando que vuelva en sí y cargue el arma corriéndose el cabello hacia un lado. Es complicado escapar de un lugar cerrado como ese, pero sabe que tiene que hacerlo. Principalmente, piensa en Went cuando comenzó a correr hacia la puerta trasera, como le ha indicado antes de marcharse. Ir por Went es peligroso; conoce los Guardianes, ella en cambio debe cuidarse y salir de aquella ciudad es su primer objetivo.

Y eso es lo que decide hacer. Comienza a correr hacia la salida, escuchando los disparos y las voces distorsionadas parecidas a la de Owen en la radio. Cree que los Guardianes están hablando por radio cerca de ella. Pero lo ignora todo cuando toca los adoquines de la calle, el frío vuelve y entiende que debe correr hasta encontrarse con el jeep. Va a hacer aquello, correr hasta el jeep y ahí esperar eternamente a Went. Quiere creer que va a aparecer, a fin de cuentas conoce el lugar. Buscarlo y pelear por él no la vuelve más que una molestia, pueden atraparla y los Iluminados jamás le perdonarían aquello.

Un ruido molesto la distrae, un sonido que jamás ha oído. El viento se hace aún más fuerte y las luces de la ciudad se apagan por completo, dejándola en la completa oscuridad. No pierde el tiempo pensando en lo que no puede ver y comienza a correr a toda velocidad, perdiéndose entre los callejones de una ciudad oscura que nunca ha conocido. Su cuerpo está cansado de aquel virus que disminuye su vida segundo a segundo, pero se esfuerza por continuar. Una vez más, el latido de su corazón está en sus oídos y cree que va a perderla batalla. Sus pies golpean el suelo mientras corre, mientras escapa de lo desconocido y es ese momento en donde se pregunta si siempre será así. Sí siempre tendrá que escapar.

El ruido se detiene y deja de caminar por unos minutos. Necesita tomar aire, sus pulmones se llenan cuando toma aquel descanso, sin embargo, al instante se arrepiente de sus movimientos. Están buscándola, lo descubre cuando los pasos se hacen más audibles y cuando puede reconocer lo que es aquel sonido, entiende que está perdida.

Levanta la vista, al mismo tiempo que una luz la ciega. El viento comienza a ser más fuerte, mueve sus cabellos y le impide ver el cielo, pero entiende que no es clima, sino un helicóptero que se acerca a ella. De ese lugar escucha las voces de las radios, obviamente están buscándola. Está segura que han terminado con Went, su traidor, y ahora desean terminar con su vida o encerrarla como lo han hecho antes.