Farewell City [Farewell City #1]

Perdidos.

        Blood le ayuda a cargar a Went en la parte trasera del jeep; el helicóptero parece estar cerca, pero aparentemente perdido o dispuesto a algo que ellas no entienden. No sabe dónde está Black, pero por el rostro serio de Blood, tampoco quiere saberlo. Con Went en la parte trasera del auto, lleno de sangre y soportando todos los dolores, ambas chicas se sientan en los asientos delanteros. Molly no sabe manejar y eso es una gran desventaja, ya que Blood no parece dispuesta a darlo todo por salir de ese lugar. Irse es dejarlo todo: los Guardianes suele bombardear el lugar cuando los Iluminados lo visitan. Su excusa es la posibilidad de contagio; Owen se lo ha dicho antes y Molly sabe que Blood no quiere dejar para siempre su hogar.

No solo deja a Black, sino también su antigua vida. Es complicado y no va a negárselo a pesar de desconocer su propio pasado. Es fácil para ella dejarlo todo cuando no tiene nada que perder, supone que esa es una lección que Moritz le ha dado al vivir en un laboratorio.

—Vamos a salir de este lugar —dice con seguridad Blood, mientras se ajusta el cinto de seguridad. Enciende el auto con su huella digital y toma aire. Molly sonríe orgullosa de su compañera, está segura que saldrán con vida—. Lo siento, Black.

Al decir aquello, arranca y una clara diferencia se muestra entre el jeep que Blood ha manejado antes y este. Apenas arranca, el auto vuela por la rapidez que tiene. Ya se encuentran en la entrada de la casa cuando ha acelerado; Molly observa la sonrisa de Blood cuando nota aquello y espera no morir en manos de la morena. Detrás de ellas, Went gime de dolor, aunque suena más a una queja y Blood ríe histéricamente. Adiós mundo cruel, piensa Molly.

El helicóptero comienza a acercarse una vez más, en el momento cuando Blood deja atrás su hogar y empieza a andar por una calle que Molly no conoce ni desea conocer. La mochila de Blood descansa en sus pies y no tiene más remedio que inclinarse para tomar un arma. En esos momentos desea estar con Warren, solo él puede tener la puntería perfecta para esos momentos. Es complicado dispararle a un helicóptero, pero es lo único que los amenaza. Las sirenas han desaparecido, aunque las calles se encuentran completamente iluminadas. Cuando han llegado, la oscuridad les había dado la bienvenida, pero como ha sucedido la vez anterior que escapó de los Guardianes, ellos consiguen iluminar incluso luces que creen olvidadas. Es una gran desventaja ya que pueden ver por donde están escapando.

—¿Hacia dónde vamos, Blood? —pregunta Molly mientras trata de quitarle la traba de seguridad a su rifle, pero es complicado con el frenesí del auto. La chica a su lado parece dispuesta a marchar hacia una dirección—. ¿Blood?

—Ellos pueden iluminar un barrio entero —explica concentrada en mirar hacia donde va. Toma una curva que deja básicamente a Molly contra la ventana a punto de ser despedida por esta. Went vuelve a gemir en señal de queja. Él sabe el plan de Blood mucho antes que Molly—. Pero ellos no pueden iluminar un bosque.

El bosque.

Molly observa hacia dónde se dirige Blood y tiembla. Están en una larga avenida, donde se conecta a otras pequeñas calles llenas de barrios, pero a lo lejos, puede observar un bosque oscuro y olvidado.