Fin del juego.

23.6K 2.1K 944
                                    


—¿Ethan, me estás escuchando?

—No.

Simon soltó un sonoro suspiro de resignación, cerrando al mismo tiempo el libro que descansaba pacíficamente ignorado en la mesa. Ethan ni siquiera sabía si había dicho algo antes de eso, en realidad no le importaba, le daba igual el mundo entero en ese momento. Se pasó ambas manos por la cara, tratando de despejar su propia realidad al ver que su amigo se frustraba cada vez más.

Le dolía la cabeza, tenía sueño, le molestaba la luz, estaba completamente irritable y se sentía mal por el hecho de que Simon tuviese que soportarlo de esa manera cuando lo único que quería era ayudar.

—¿Sabes qué? ¿Por qué no tomas un descanso por hoy? Ve a tu habitación y duerme un poco, no te ves nada bien desde ayer y honestamente, me desespera sentirme tan inútil —trató de persuadirlo el chico—. Yo puedo encargarme de tus notas... o robaré un justificante de la enfermería, no lo sé.

—Sé que lo intentas, pero no quiero encerrarme, no creo poder dormir —dijo de corazón el de ojos verdes, pero ni siquiera una sonrisa logró regalarle.

—Si tú lo dices... —Simon se levantó de su lugar, indicándole que iría a buscar otros libros.

Ethan volvió a hundirse cuando estuvo a solas.

Magnus literalmente terminó con él de la forma más dolorosa posible: diciéndole que lo amaba.

No creyó que fuese a golpearlo tanto volver a escuchar esas palabras en las circunstancias actuales, y fue aún peor ser consciente de que lo que hubo entre ellos probablemente llegó a su fin. No estaba preparado a pesar de que lo sabía. Y después de todo lo ocurrido, de enclaustrarse nuevamente en su habitación para repetir el proceso de depresión nocturna, ahora se encontraba con una nueva cara de su tristeza: la ira.

Desde que abrió los ojos esa mañana, supo que quería golpear a alguien. Probablemente a Magnus.

Era como una nueva etapa, y no sabía si era buena o mala, pero lidiar con ella era mucho más difícil que la anterior. Porque todo podía hacerlo explotar en un segundo, era como una bomba de tiempo que no se detenía a mirar a quién dañaba, simplemente lo hacía. La víctima en ese momento era Simon, antes había sido Sebastian, pero éste se mantuvo callado porque sabía que Ethan estaba fuera de sus casillas en ese momento.

No le había dicho nada respecto a la conversación con Byron, pero no fue necesario porque Simon le dijo que se había quedado a solas con él tras la prueba. Probablemente lo dedujo por sí mismo, y aunque seguramente esperaba a que Ethan le contase algo, no presionó cuando se dio cuenta de que no hablaría.

Todo esto le hacía hervir la cabeza, no se soportaba ni a sí mismo.

Miró incluso con fastidio los libros llenando las paredes de esa biblioteca, le gustaban más los de su edificio, pero habían tenido que moverse a otro porque no estaba dispuesto a encontrarse con el profesor ni siquiera por accidente. Y aún así, tenía que estudiar, porque los exámenes habían llegado para adornar el día.

—¿Quieres algo de la máquina? —preguntó Simon a sus espaldas. Ethan solo negó con la cabeza.

Comenzó a tamborilear los dedos con impaciencia hasta que el castaño regresó y colocó una bebida fría sobre la mano del de ojos verdes para que dejase de hacerlo.

—Enserio Ethan, me estás sacando de quicio.

—No te pedí que me acompañaras a la biblioteca.

—No, pero quise hacerlo para prevenir que mates a alguien más. Llámame héroe o suicida.

Quiso refutar esas palabras con todas sus fuerzas, pero se mordió la lengua al darse cuenta de que se estaba pasando de la raya. Incluso él sabía que había un límite.

M. Byron [The Teacher] - ¡Disponible en físico!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora