M. Byron [The Teacher] - ¡Disponible en físico!

El juicio

El ambiente asfixiaba con su serpenteante tensión, no había cabida para las dudas en un momento tan crucial como éste, y cada palabra debía ser elegida con especial cuidado. Un paso en falso y la balanza caería hasta romper el orden natural del destino, todos los presentes estaban de acuerdo con ello.

La postura de Magnus gracias a su orgullo, se erguía con el mentón en alto, como un conquistador ante sus masas. No había una sola sombra de incertidumbre en su mirada, y quizá su seguridad —a pesar de que todo podría salir mal para él—, era lo más envidiable de esa habitación.

Porque todos tenían algo que perder.

El diálogo entre los miembros fue corto y conciso antes de comenzar.

—Les pido su atención a todos los asistentes. En esta reunión tomaremos una decisión que no solo afectará a la universidad, también la integridad de un honorable estudiante y el expediente de un distinguido profesor —el miembro mayor los miró a todos con criterio, ajustándose mejor las pesadas gafas que resbalaban por el puente de su nariz—. Me presento ante los testigos y los abogados, soy Ferné Lasserre y sustituiré a la presidenta Leonor Lawrence en la resolución de este caso. Contamos con la presencia de catorce miembros del cuerpo universitario y el director de Haverville, el señor William Rogers —seguidamente tomó las carpetas que descansaban sobre la mesa, apoderándose del ambiente con el movimiento de sus manos—. Atendemos a la denuncia impuesta por Darrell H. Bloom, contra el profesor M. Byron. El estudiante ha presentado pruebas de haber sufrido acoso de índole sexual por parte de su profesor.

—Ese no es el término adecuado.

—Profesor Byron, le pediré que no me interrumpa. Si estamos realizando este preliminar es porque un tribunal implicaría la cárcel, así que no está en posición de pronunciar palabra —lo regañó Ferné antes de dirigirse a los demás—. Les recuerdo que toda la información que se de a conocer en esta sala es de carácter confidencial, si ésta llega a filtrarse, se sancionará debidamente al culpable.

—Tendrán que sancionar a la universidad entonces, porque el accidente con su presidenta no pasó desapercibido para nadie —continuó el azabache con firmeza—. Debo insistir en que el término o los cargos por los que se me acusa, no son correctos.

—Lo sabremos cuando los detalles sean aclarados, por ahora se ha ganado únicamente el derecho a guardar silencio.

—Esto no es un juicio real, ni un tribunal.

Ferné finalmente alzó la mirada, a diferencia del resto de sus colegas, no había tensión en sus gestos ni rabia en su mirada. Era firme y trataba de ser profesional a pesar de los comentarios a los que debía enfrentarse, dejándole una extraña sensación a Magnus. Un hombre con el que pocas veces había tratado, pero las suficientes para saber que no era de fiar.

—Quizás, profesor Byron —admitió sin perder la compostura—. Pero debe tomarse con la seriedad de uno, porque nosotros únicamente hemos venido a fortalecer un acuerdo. No cuestionamos su inocencia, son hechos notorios, simplemente decidiremos cómo levantar la denuncia sin afectar nuestros intereses. El señor Bloom es plenamente consciente de ello.

La expresión de Darrell decía todo lo que sus labios callaban, no estaba satisfecho con esa decisión, pero ahora debía soportarla. La universidad prefería callar su vergüenza, tapar el sol con un dedo al prometerle que harían "justicia", pero solo si les permitían hacerlo a su manera.

Trató de ignorar la mirada del profesor que por un instante se posó en él. Un mísero instante que bastó para enfriar su piel. Un hormigueo constante recorría sus manos y sus piernas, el esfuerzo que hacía por ignorarlo equivalía a las veces en las que lo miraba a los ojos y se enfrentaba indirectamente a él.