M. Byron [Parte 2]

18.3K 1.9K 1K
                                    

Mi padre me habló de William varias veces, en sus momentos de nostalgia donde extrañaba a su hermano menor. Lo único que sabía era que estaba en un lugar del cual no podía salir durante mucho tiempo, por eso pocas veces había ido a visitarnos y no lo recordaba, o más bien, no lo conocía. Aquello me generó algo de desconfianza, pues pedía nuestra custodia alguien a quien jamás habíamos visto. No sabía el tipo de persona que era o si mi padre todo este tiempo había dicho la verdad, cabía la posibilidad de que mi tío fuese una persona a la que debíamos evitar, así que me mantuve a distancia.

Los agentes de protección solo entendieron una cosa: teníamos familia, pero ésta no podía hacerse cargo de nosotros, porque solo era una persona y resultó ser el dueño de una universidad prestigiosa. Tener nuestro apellido y poder hacerse cargo de nosotros eran dos cosas completamente distintas, William movió muchos de sus contactos para conseguir una prórroga y evitar que nos enviaran a un hogar temporal con alguna familia extraña. Los agentes al principio accedieron porque estábamos en manos de Amelia y trataron de ser flexibles con la situación, pero el asunto solo empeoró.

Llegaron nuevos desconocidos para ofrecer sus condolencias en nuestro hogar, pero sus segundas intenciones alarmaron a todos al punto de la indignación. Estaban tratando de averiguar si teníamos familia, porque ellos, gente que jamás nos había visto, deseaban nuestro apellido con una ambición repulsiva. Eran personas que conocían o habían trabajado con nuestros padres, hombres y mujeres que eran incapaces de diferenciar un nombre de otro, todos nos llamaban "Byron" para no equivocarse. Llegué a enterarme de que todo era debido a nuestra herencia y las acciones que pasarían a nuestro nombre una vez que cumpliéramos la mayoría de edad.

Éramos una mina de oro.

Las peticiones rebasaron el límite de lo que los agentes fueron capaces de soportar, llegaron a temer un posible intento de secuestro cuando recibieron cifras exactas de la herencia por la que todo el mundo preguntaba. El acuerdo que habían mantenido con William se vio afectado, ya no estábamos seguros en nuestra propia casa y ellos no podían garantizar nuestra seguridad. Nos enviarían a un hogar temporal hasta arreglar el lío de nuestra custodia. Y aunque desde afuera lucía como una decisión razonable, para nosotros el mundo se hacía pedazos, nos estaban obligando a dejar nuestro hogar.

Y a los perros en él.

Amelia prometió que cuidaría de ellos, y yo sabía que podía creerle, los cuidaría tan bien como nos había cuidado a nosotros. Pero no estaba listo para desprenderme de ellos, mucho menos para decirle adiós a Magnus, incluso los gemelos por primera vez lograron comprender algo de la situación y lloraron horas enteras abrazando a Dom y Dor, prometiéndoles que todo estaría bien y que escaparían para estar con ellos.

A Magnus solo pude pedirle que me esperara, porque algún día volvería por él.

Y lo que creí que serían solo meses de ausencia, un trámite relativamente rápido y un futuro incierto, se convirtió en un infernal orfanato en el que desaparecimos de la vista de todo el mundo. Lo calificaron como un buen escondite porque encontrarnos entre una pila de huérfanos sin nombre sería una tarea difícil. Como si jamás hubiésemos existido, nadie sabía de nuestro paradero y ya pocos recordaban el accidente. Gradualmente la búsqueda de los Byron cesó, pero seguía acechando de vez en cuando, esperando tomarnos desprevenidos.

Fueron seis meses en ese lugar y lo único que agradecía era poder seguir junto a mis hermanos. Muchas veces trataron de separarnos, incluso de separarlos a ellos, pero nos las arreglamos para sobrevivir. Todos perdíamos un poco de confianza con cada día que pasaba, y ellos solo eran unos niños, sus preguntas eran inevitables, sus cuestionamientos respecto a mamá y papá fueron dolorosos. No importaba cuántas veces tratase de explicarles, en sus pequeñas mentes ellos no podían haber desaparecido.

M. Byron [The Teacher] - ¡Disponible en físico!Where stories live. Discover now