Capítulo 6 | El exilio.

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Mientras el agua caliente recorría mi cuerpo solo podía pensar en una cosa: extrañaba a Kayler. Sí, me cuesta admitirlo pero es la verdad. Es que no sé ni cómo estuve estos meses sin él.

Cuando apagué la llave y me dispuse a salir de la ducha sentí algo en mi pecho, era algo extraño y fuerte al mismo tiempo. Nervios. Eso también sentí. Corrí la cortina y salí, tomando mi toalla y poniéndomela.

Salgo y busco mi ropa en el ropero. Escojo unos shorts cortos y una camisa de tirantes. No tenía pensado salir en el resto de la tarde así que andar en fachas no me parecía mala idea.

—¡Llegué, Carolina! —era mamá.

Fruncí el ceño un poco dudosa ya que había venido súper más antes, se supone que vendría hasta en la noche. Bajé las escaleras y me la encontré en la cocina. Traía bolsas del súper con más comida.

—Si me hubieras dicho que igual pasarías al súper no me hubieses dicho que fuera también —le dije en modo de reproche mientras revisaba las bolsas.

Uh, galletas.

—No pensé que pasaría. Me dieron la tarde libre así que aproveché para comprar otras cosas que no te anoté.

—Está bien. ¿Donde está Mike?

Noté que se tensó y se quedó un momento en silencio.

—No lo sé, fue a casa del padre de Kayler —respondió. Pero estaba como... molesta.

—¿Pasó algo entre ustedes? —quise saber.

Era la primera vez que veía a mamá un poco molesta pero con él.

Respiró profundo y me miró.

—No —fingió una sonrisa— todo esta bien entre Mike y yo. Es solo que... no me gusta mucho que vaya a esa casa —dice.

—¿Por qué no? Hasta donde yo sé te caía bien el padre de... el señor Brown pues.

—Sí, como dices, antes —y salió de la cocina.

La seguí con la bolsa de galletas en mano a la sala.

—¿Por qué ahora ya no? —inquirí. Era extraño. Algo muy raro estaba pasando con mamá y con el señor Brown. ¿Se lo habrá encontrado? ¿Sabrá que es un lobo? Bueno, tampoco hay que exagerar.

Se sentó en el sofá, tomó el control y prendió la tele.

—No lo sé, se me hace un hombre muy oscuro —dijo— hace rato me lo encontré.

El señor Brown casi no salía de su casa.

—¿En donde?

Dudó.

—En el cementerio.

—¿Y que hacías en el cementerio?

—Carolina, por favor —intenta cambiar de tema. Pero mamá es pésima mintiendo— ¿sabes? Nunca pensé que diría esto pero, me alegra que ya no estés con Kayler, así no tienes nada que ver con... esa gente.

¿Qué?

—Mamá, ¿de que estás hablando? ¿Por qué el cambio? Dime, ¿pasó algo? ¿Te hicieron algo?

Dios, ¿será que mamá ya sabe lo que son?

Tragué grueso.

—No me hagas caso. Solo que soy muy intuitiva y observadora. Eso lo heredaste de mi.

Alejándome del lobo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora