Capítulo 20 | La cruda verdad

668 74 1
                                    

—¿Carolina? —escucho la voz de Gadreel, era casi un susurro que se perdía con el viento. —Lamento hacerte daño de esta forma pero tenías que saber la verdad.

Sentía un vacío dentro de mi. Me sentía traicionada. No podía creer que esto estuviera pasando, ¿por qué siempre que decidía buscar a Kayler y ser feliz con él tenía que pasar algo? Parecía que ya nosotros no estábamos destinados a estar juntos, parecía que nunca jamás lo estaríamos.

Y eso me dolía mucho.

Aún seguimos en la calle, Gadreel había ocultado sus alas pero yo seguía en sus brazos, con mi cabeza en su pecho, pensando en cómo pudieron matar a mi padre. Aún recuerdo haberlo visto la vez que estuve a punto de morir en el lago. Él se miraba tranquilo y feliz y me dijo que siempre nos cuidada.

Quería quedarme con esa imagen y ya, no pensar en cómo pudo haber muerto en las garras de un lobo, de un ser que yo también era.

—No puedo estar así —sollozo— necesito hablar con él y decirle que me de respuestas —me remuevo. Gadreel me suelta y me pongo de pie. Limpio un par de lágrimas y me tranquilizo. No puedo volver a lo de antes y recaer.

—¿Cómo? ¿Aún quieres verlo después de todo?

—Como te dije, necesito respuestas

—Lewiston está a más de ocho horas —comenta— ¿te irás así?

Lo pensé. Era muy tarde para ir a Lewiston, además habían pasado cinco años en donde no miraba a Kayler y la verdad me seguía poniendo nerviosa por cómo iré a reaccionar cuando lo tenga de nuevo frente a mi. Esto es muy fuerte, esto me supera.

—Quizás deba a esperar a la boda de Mike y mamá. Ella me comentó que Mike los invitó.

—¿Y crees que Kayler vendrá? —me inquiere.

Dudé. No estaba segura de si Kayler vendrá, no había pensado en esa posibilidad porque es más probable que no venga a que sí venga. No puedo evitar sentir un poco de tristeza al saber que quizás no vendrá, que no lo veré... o qué no lo veré nunca más. Pero era obvio que lo tenía que ver una vez más para aclarar todo esto que Gadreel me dijo.

—No lo sé —respondo.

—¿Sabes lo que te haría bien? —se acerca.

—¿Que cosa?

—Tú y yo... adentrarnos a ese bosque y perdernos por un rato.

Fruncí el ceño sin entender.

—¿Cómo? No te entiendo. Y la verdad no tengo ganas —hice una mueca— solo quiero llegar a mi casa y acostarme.

Me sentía muy bajoneada justo ahora.

—Confía en mi por favor. Deberías de sacar a esa loba interior que tanto te hace falta y correr como nunca, como si estuvieras huyendo de todos. Yo te seguiré.

Lo miré a los ojos. Parecía sincero y su propuesta era tentadora. Tenía años de que no me convertía en loba y la verdad sí lo extrañaba un poco. Tenía ganas de correr y gritar, tenía mucho que sacar dentro de mi. No es bueno guardar tantas cosas dentro del cuerpo y del alma, tenemos que sacarlo.

—Sé que quieres —me anima.

—Está bien. Lo necesito.

Gadreel se aleja un poco y saca sus alas. Aún no me acostumbro a esto ni a verlo así pero he de admitir que le quedan muy bien. Le doy una media sonrisa mientras doy dos pasos hacia atrás y luego me concentro. En un segundo ya estaba en cuatro patas, mirando diferente, escuchando diferente y hasta sintiendo olores diferentes. Sentía muchas cosas y sentía que me hacía mucha falta.

Alejándome del lobo ✔️Where stories live. Discover now