Capítulo 13 | Desayuno

714 78 7
                                    

Cuando despierto siento algo alrededor de mi cintura. Abro los ojos soñolienta y noto que es un brazo. Kayler. Su cara está en mi cuello, siento su respiración en mi piel. Su respiración es suave y relajada. Está profundamente dormido aún. Se siente bien sentirlo así, siento su calor. Busco el celular entre las sábanas y lo encuentro bajo mi almohada.

Son las ¡10:30!

¡Joder! Llegaré tarde al trabajo. Y es mi segundo día.

¿Y ahora qué hago? Por más que quisiera pasar todo el día en la cama con Kayler no puedo. Necesito ser responsable con las cosas que hago. Quito el brazo de Kayler con cuidado y me dispongo a salir de la cama.

—¿A donde vas? —me pregunta Kayler con voz ronca. Su voz recién levantada es... Dios.

Lo miro.

Su pelo está despeinado, lo tiene más largo, sus ojos oscuros me canalizan.

—Tengo trabajo—le digo bajándome de la cama.

Estábamos actuando como si estuviéramos de nuevo juntos y eso no podía ser. No, señores. Sus golpes empezaban a desaparecer. Olvidaba que es un hombre lobo y sana rápido.

—No vayas —me dice— quédate conmigo.

—Kayler, no es... prudente que estemos así —me dirijo a la ventana— recuerda que nosotros no estamos más juntos —me crucé de brazos mirando el lago. Habían pájaros sobrevolando encima del agua. Hacía bastante sol hoy y me entraron ganas de darme un chapuzón en el lago.

—Lo se —me dice, escucho que se baja de la cama. Volteo a verlo: está poniéndose sus zapatos.

—Ya voy tarde al trabajo —menciono haciendo una mueca.

—Si quieres te puedo dejar en tu trabajo, voy para esos lados así que... —comenta.

—No creo —arrugo la cara, dirigiéndome al baño— Gadreel me llevará —tomé el teléfono y me dispuse a marcar el número de Gadreel, pero Kayler fue más rápido y me lo arrebató. —¡Oye!

—Tu no harás eso —sentencia. Se veía enojado ahora— Te iré a dejar yo. No está en discusión. Báñate y te espero aquí afuera —manda.

—¿Perdón? —inquiero, levantando una ceja— Estás loquito, creo que sigues medio dormido, chécate. —le iba a pasar a la par pero él me tomó del brazo y me hizo verlo.

—No empieces con tu terquedad, Carolina.

—Kayler —me suelto— ¿por qué actúas así? El hecho de que sepas la verdad no quiere decir que estemos juntos o que tengas derecho a mandarme. Nosotros estamos igual así que lo mejor que podemos hacer es llevarnos bien por el bien de ambos.

—No te entiendo. Creí que tu y yo podríamos...

—¿Crees que es fácil olvidar? Por supuesto que no. —suspiré profundo— no quiero volver a lo mismo —le digo—solo quiero tener un poco de paz. Quiero... empezar de nuevo.

—¿Con Gadreel? —vi dolor en su mirada, dolor y enojo.

—Conmigo misma. Quiero hacerlo sola. No necesito de un hombre para ser feliz.

—¿Ni a mi?

—Kayler, sabes que te amo más que creí poder imaginar amar a alguien... es solo que... aún me siento un poco herida.

—Te entiendo. Te daré tiempo. Solo quiero que sepas que aquí estaré siempre para ti. No tardes mucho por favor que siento que me muero si paso un segundo más sin poder tocarte, sin poder besarte —eleva la mano y toca mi labio inferior.

Alejándome del lobo ✔️Where stories live. Discover now