Capitulo IV

645 33 0
                                    


Después de pasar tiempo con Javier, decido entrar a la última clase del día, psicología forense.

Mi favorita.

Al ingresar al salón, me lo encuentro casi vacío, solo se encuentra una bonita chica pelirroja sentada en uno de los últimos asientos dormida. Tomo asiento en una de las bancas del fondo cerca de la ventana. Mientras me preparo para la clase, la puerta es abierta por el brazo de una chica de cabello azul.

Se llama Molly si mal no recuerdo, es la mejor amiga de Rubí. Era de esperarse, ella estudia esta carrera también. Al verme sonríe y comienza a caminar hacia mi, no se que le sucede, en mi vida ella había sido simpática conmigo, al llegar toma asiento justo a mi lado—. Hola —dice sonriente.

— Hey .

No me interesa hablar.

— Eres nueva verdad, ¿Cómo te llamas? —pregunta viéndome fijamente.

Ahora entiendo porque Julio odia que lo vean fijamente por tanto tiempo. Sonrío y niego con la cabeza, por lo que ella frunce el ceño—. Molly ya nos conocemos, me llamo Leila.

— ¿Leila que? Perdón, en mi vida te he visto.

Estúpida, claro que me viste.

— Cambar.. Bueno, tú me conoces como Leila Harper.

Se silencia un momento, para luego volver a hablar—. ¿Tu... tu eres Leila?

— Aja.

— ¡Qué alegría! Creímos no volver a verte nunca más, como quedaste embarazada y eso..

— ¿Qué?

— Si, cuando Jacob lo comentó, lucía muy feliz.

Es que es un idiota.

— Yo no estuve embarazada. No tengo hijos —respondo seria. Les importé muy poquito cuando me fui pero no lo suficiente como para no inventar sus estúpidos rumores.

— Ah entonces mintió, ya sabes como son los chicos —dice fingiendo que no importa, a mi si me importa—. ¿Oye y el chico con el que estabas en el campo es tu novio? Es guapísimo, no se lo digas a nadie, pero es incluso más guapo que Jacob.

Ah, por eso su simpatía. Por un momento creí que realmente quería arreglar las cosas.

Bueno, si ella me utiliza, no veo porque no molestarla—. Ni lo intentes, no creo que seas su tipo.

— ¿Y tú si lo eres? —pregunta con fingida simpatía, hipócrita.

— Mmm no lo sé, quizá —me encojo de hombros fingiendo inocencia. Está claro que no soy el tipo de Javier, pero me gusta molestar por primera vez a esta chica.

El día de hoy hay mucho drama innecesario en mi vida.

Incluso parece la vida de la típica protagonista de telenovela que era pobre pero luego por arte de magia se vuelve millonaria.

Si, esa telenovela describe muy bien mi vida.

— No creo que seas su tipo, bajo mi punto de vista —responde Molly.

Estoy a un par de minutos de que esta chica muestre su verdadera cara, está teniendo mucho autocontrol, irreconocible.

— ¿En serio? ¿Por qué? —pregunto fingiendo que me importa.

— Él es diferente a ti, son como mundos diferentes ¿sabes?, es decir.. No es por ser mala chica, pero tu eres muy diferente a nosotros..

A nosotros..

Un dulce peligroWhere stories live. Discover now