Capitulo XXIX

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Asher

Ya todos habían saludado a los Bonachera, y el imbécil de Pablo Bonachera no paraba de agradecer la hospitalidad con una sonrisa que hastiaba—. Ha sido una sorpresa el que me tomarán en cuenta, de todo corazón lo agradezco —sigue agradeciendo cuando estamos sentados tomando un café en la sala. Nos encontramos Camila, Pablo, Vanessa, Julio, y Valentina, aunque la última haciéndole malas caras a Camila todo el tiempo.

A mis hermanas no les cae bien Camila, a mi tampoco a decir verdad, es buena follando, y para pasarla bien un rato no era desagradable, pero tener que soportarla todo el tiempo es fatigante, juzga a todo el mundo, se cree el centro del universo y encima, se mete en lo que no le importa.

Ni siquiera su hermano la determina, razón por la cual le ha quitado cualquier poca potestad que ella tuviera con él clan de Cuba. Pablo físicamente es exactamente igual a ella, pero en versión masculina.

— Valentina, que lindo vestido traes hoy —trata de iniciar conversación Camila, con respecto al vestido de flores que trae Valentina puesto.

— Gracias —murmura ella con una fingida sonrisa.

— A mi no me quedaría algo de esa talla, se ve que es muy menudo, para gente con pocas curvas, pero a ti te luce divino —ahí el comentario cargado de veneno que esperaba. Valentina le responde con una mala cara.

— Pues a mi me gusta como se me ve —alega ella—. Y no considero tener pocas curvas.

— Tu cuerpo está perfecto Vale —asegura Julio distraído jugando con la cuchara del café—. No le hagas caso —susurra solo para Valentina.

— Yo no he dicho que este feo —alega Camila con una mano en el pecho haciéndose la ofendida—. He dicho que no es muy..

— No lo termines —advierte Julio con un dedo amenazante.

Camila pone los ojos en blanco—. Ustedes están sacando todo de contexto.

— Cállate Camila —amenaza su hermano—. No le hagas caso Valentina, eres el sueño de cualquier hombre.

Valentina asiente cansada de las peleas, está aquí sentada únicamente por el chisme, no porque le agrade la visita.

Camila trae puesto un vestido ajustado de color blanco, que hace resaltar su piel caribeña, sin embargo el vestido no luce llamativo en sí, pareciera ser de segunda mano por la mala costura y corte. «No lo digo yo, lo dijo Vanessa» Para mi, es un vestido como cualquier otro. 

— ¿Y qué tal de hombres Vanessa? ¿Alguno que llame tu atención? —pregunta Camila interesada haciéndome replantear el porque tengo que aguantar estas estupideces.

— ¿Por qué siempre que te veo ese es tu tema de conversación? —pregunta mi hermana tajante.

El hermano pone los ojos en blanco—. Ese es su tema de conversación a diario, no hay día que no hable sobre a quienes se ha follado.

La hermana luce alterada—. No, yo no he follado con casi nadie, mientes —«ni ella se lo cree»—. Te juro que no, Asher —trata de convencerme como si a mi me importara. Asiento desinteresado.

Emiliana pasa por el pasillo, al escuchar ruido se detiene para ver quién nos acompaña y únicamente saluda con un gesto de mano a Pablo sin determinar a su hermana, para luego irse por donde ha venido.

— Que linda es Emiliana, sus ojos verdes opacan todo lo demás —murmura Camila, y lo irónico de ella, es que no puede dar un cumplido sin criticar.

Se comienzan a escuchar risas por el pasillo llamando la atención de todos los presentes y logro reconocer la risa dulce de Leila entre el montón de ruido que viene hacia acá—. ¡No me jodas! ¿Es en serio? —le pregunta ella a la persona con la que está hablando.

Un dulce peligroTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang