Capitulo XLVIII

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Recordándoles un poco lo que sucedió en capítulos anteriores:

La identidad de los Cambar fue descubierta durante un atentado en la universidad en la que estudiaban, gracias a un plan de los Smirnova. También se descubre la verdad acerca de la familia Montesinos, y las mentiras de Melissa, la madre de Leila y Clara, ellas viajan a México para reconciliarse con su abuela, luego de encarar a su madre.

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Asher

Las cosas en esta repugnante cabaña han ido de mal a peor. No soporto a la hipócrita de Melissa, no soporto al hijo de puta de Adrien el cual parece embelesado por esa mujer, y mucho menos soporto estar encerrado sin poder irme porque el señor Cambar se molesta.

A mi me vale tres hectáreas de mierda su enojo.

¿Ganármelo de enemigo? No es un problema para mí, no tiene poder, vive en la miseria, no es fuerte y mucho menos temible. Pierde mucho más él que yo.

Oh, pero Emilio cree que es lo mejor.

Es un imbécil.

Y no soy el único que está en desacuerdo con la vida, mis hermanos se mantienen en un carácter tenso y grosero.

Hasta Valentina se mantiene de mal humor.

Y es que la regla número diez es: Quien se mete con uno de nosotros, nos encuentra a todos.

Y el que la infeliz de Melissa nos obligará a separarnos por unos días, no tiene feliz a ninguno.

Por otro lado, al menos uno de los dos la está pasando bien, ya que Leila se escucha mucho más animada, feliz y relajada. Le ha sentado bien este tiempo.

Lo único bueno de todo esto.

— Dijiste cuatro días —le alego a Emilio aventándome al sillón del salón principal con desagrado. Todos están aquí, Marcos, Javier y Julio jugando con la consola que colocaron en la televisión para distraerse.

— Es cierto, se están tardando demasiado —alega Emiliana leyendo un libro. Ni ella se la cree, detesta leer.

— Creí que tardarían eso.. Es lo que siempre tardan —contesta Emilio con su vista puesta en la nada. Es notorio el hecho de que él también está harto de tenerlos cerca, pero lo disimula para no provocar problemas.

— Aquí un nuevo plan: Irnos a la mierda, y regresar con las chicas —propone Megan—. México luce lindo, y ellas han dicho que podemos quedarnos ahí hasta que las aguas se calmen.

— Oh, ¿no estás feliz con papi? —pregunta Marcos sarcástico, distraído en su juego—. ¡Pero si la estamos pasando genial!

— Deja las bromas, no estamos de humor —contesta Vanessa cortando las puntas de su cabello para que no se maltrate—. Megan tiene razón, ¿Qué nos detiene?

— No podemos ganar a Adrien de enemigo.. —murmura Emilio.

— ¡Joder ya deja de repetir eso todo el tiempo! Me estas colmando la paciencia —alego harto de su misma cantaleta todo el día.

Yo me quiero ir con mi novia, ni siquiera sé que hago aquí.

— Deberíamos irnos, a Adrien que le den —contesta Javier—. Nunca le obedecemos, ¿Cuál es la diferencia esta vez?

— ¡Qué ya tenemos muchos enemigos encima! —se queja Emilio como el paranoico de mierda que es.

— Yo no quiero irme a Inglaterra —murmura Valentina, otra cantaleta que me tiene de los nervios.

Un dulce peligroWhere stories live. Discover now