Capitulo LIV

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SIN SALIDA

PARTE I

Tipo de Narrador Omnipresente

La venganza había llegado a su fin. Lo que años atrás había comenzado, la ira que había logrado que Leila se convirtiera en lo que es hoy en día, se había evaporado.

Lo había logrado.

Hoy no es lo que hace años era. Hoy todo había cambiado.

Y sí que habían sufrido.

Casi mueren por una explosión dentro de un auto, o cuando intentaron demoler el edificio de su antigua universidad, o cuando intentaron apresarlos, el día que se enteraron de su identidad, el que salieran a la luz secretos, y conocer la identidad de los traicioneros.

Había sido un largo viaje.

Un largo viaje que extrañamente había llegado a su fin.

Pero ¿qué había logrado Leila con eso?

La satisfacción que la llenaba en este momento, era increíble. Pero el miedo también.

Creían que Edurne era su peor pesadilla, pero habían comenzado a conocer su forma de atacar, por ende no le tenían tanto miedo.

El problema radica en que Edurne ya no es quien está a cargo de su captura, y ellos ni siquiera están enterados de este cambio.

Erick Smirnova era el miedo de la mafia rusa, pocas veces se involucraba, pocas veces intentaba torturar o vengar a alguien, pero cuando lo hacía, nunca defraudaba, nunca fallaba.

A diferencia de su hermana, que estaba loca, él sabía cómo atacar, cómo actuar, porque pensaba con la cabeza más fría.

Y sí, él no tenía mucha fe en sus capacidades, siempre creía que era débil, pero si supiera que la mafia rusa daría su vida porqué él fuera el líder completo de su mafia, dejaría de ser tan indiferente y comenzaría a involucrarse más.

Porque si, Erick Smirnova es poderoso, temible y muy capaz de tener bajo su poder a los Cambar en menos de cuatro meses.

Leila no lo conocía, pero debería de tenerle miedo, porque él es capaz de volverse su peor pesadilla.

El único con toda la capacidad de darle guerra a los Cambar.

El único digno y capaz de ser un líder de la mafia.

La mafia rusa les llevaba ventaja con eso, ya que a partir de ahora, ellos estarían un paso por delante.

Mientras tanto, los Cambar creen que todo ha acabado, o bueno, algunos. Asher, Emilio y Emiliana saben que esto aún no ha terminado, que esto es solamente el inicio.

Porque viene un gran infierno.

Un gran infierno del cual pocos podrán sobrevivir.

Los demás por otro lado, viven su vida tan tranquilamente en la Hacienda Mexicana, sin miedo a nada.

Aunque Vanessa comenzaba a detestar dicha hacienda, era linda, muy diferente a lo que normalmente conocía, pero odiaba los mosquitos y el olor a animales que desprendía las veinticuatro horas del día.

Quería irse a Inglaterra.

Correrían riesgo en tierras europeas, lo sabía, pero podrían sobrellevarlo.

Además, aquí tenía que arreglarse el cabello cada dos horas, ya que el aire de la hacienda se lo enredaba todo.

Definitivamente el campo, no era su lugar favorito.

Un dulce peligroWhere stories live. Discover now