En un mundo postapocalíptico, repleto de monstruos que alguna vez fueron humanos, una joven se ve orillada a llegar a las últimas consecuencias para sobrevivir después de haber perdido a su familia y todo lo que le quedaba en el mundo.
Esto signific...
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**Playlist Song 2**
Si hubiera podido hacer algo antes, tal vez habría ayudado a las personas que me importaban. Tal vez habrían tenido una oportunidad.
Pero, tal como veo las cosas, yo no era más que una de las más débiles de mi grupo. Era sólo una niña torpe que no sabía defenderse y se mantenía resguardada bajo la protección de un bien organizado grupo de personas fuertes. Ellos sabían qué hacer en casos como estos. Yo no.
No sé por qué ni cómo fue que sobreviví, pero lo hice. De hecho fui la única que lo hizo, mientras todos los demás, mucho más cualificados para enfrentarse a este hórrido mundo, no lo lograron.
Sí, la vida no es justa. Lo sé ahora.
En realidad, sé muy poco sobre qué sucedió. Recuerdo haber ido a la presa por agua y quedarme más tiempo de lo normal. Había tenido una pelear con mi padre, pero ya ni siquiera recuerdo cuál fue la razón. Una estupidez, seguramente. Así que regresé tarde y, cuando volvía al campamento, los vi llegar.
Nuestro grupo resguardaba a no menos de veinte personas. El grupo que nos atacó era de más de cien andantes. Aun con todas las armas que poseíamos no fuimos capaces de sobrevivir a algo como eso. Arrasaron con todo a su paso. Muchas personas intentaron escapar, pero los monstruos cazaron a todos. Me gustaría creer que hubo más sobrevivientes aparte de mí, que tal vez hubo alguien que logró ser más rápido o más ágil.
Yo simplemente tuve suerte. Los zombies atacaron al grupo de personas que se encontraban juntas. Yo no estaba en ese momento con ellos.
Sé que mi hermano y mi padre estaban allí, pero fui demasiado cobarde. En cuanto descubrí al grupo de andantes corrí lo más lejos que pude, de vuelta a la presa. No me detuve hasta que no me encontré al límite del bosque. Entonces cogí aire y miré hacia atrás. Se podían escuchar aún los gritos y los disparos a lo lejos. Mi corazón estaba encogido en un puño y lentamente el terror se apoderó de mí.
No hice nada. Me cubrí los oídos, me puse de cuclillas y lloré como nunca lo había hecho. Sé que pasó mucho tiempo porque cuando el silencio volvió la noche ya había caído. No me atreví a regresar al campamento ese día. Estaba petrificada, casi igual que ahora. Pasé la noche dentro de la cabina de control de la presa, unos metros más lejos, pero en realidad no dormí nada. El mundo estaba destruido, pero ese día mi mundo había colapsado. Pasé muchas horas pensando en todo y en nada, intentando evadir la realidad. Vinieron tantas imágenes a mi cabeza y cada una me aterraba más que la anterior.
Me quedé encerrada hasta que el hambre y la sed me obligaron a salir. Lo primero que hice fue ir a la presa para beber toda el agua que pude. Después me encaminé con temor hacia el campamento.
