☣CAPÍTULO 44☣

45 3 4
                                    

❖

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



         —¿Insomnio?

         Reprimo el reflejo de girarme sobre mi hombro. No hace falta. Sé de quién se trata.

         —Pesadillas —respondo pusilánime.

         —Entiendo. Yo también las tengo.

         Mirando hacia mis pies, frunzo ligeramente el ceño. Nunca se me había ocurrido que Glenn tuviera pesadillas. No es que crea que no puede tenerlas, sólo que parece siempre tan invulnerable que es difícil imaginarlo padeciendo algo tan mundano como una pesadilla. Además, me había convencido de que en realidad nunca duerme.

         —¿Ah, sí? ¿Con qué sueñas? —pregunto cuando se sienta a mi lado sobre el techo del camión en la parte trasera, dejando caer sus largas piernas sobre la orilla de la caja de carga.

         Se toma un minuto para prender un cigarrillo. Después de exhalar el humo hacia el cielo y reclinar los codos sobre las piernas se decide a hablar.

         —Con mi padre. —Mi silencio le expresa mi confusión—. Con su muerte, más bien.

         —Oh. Lo lamento.

         —No tienes por qué. La gente muere. Así funciona la vida. —Ladea una sonrisa distinta a las de siempre. Es una sonrisa nostálgica.

         La noche es cálida a pesar del viento que hace danzar las copas de los árboles que nos rodean. Dentro de la cabina del camión duermen nuestros amigos, ausentes a las inquietudes nocturnas que a nosotros nos aquejan.

         —Ha sido un día largo —comento distraída.

         Las imágenes de mis sueños se aglomeran en mi cabeza. El manto sombrío de la noche las recubre de inquietante misticismo.

         Retraigo mis piernas para abrazarme a ellas en busca de confort. Glenn ladea la cabeza para mirarme mientras vuelve a inhalar del tabaco entre sus labios.

         —Debió ser una muy mala pesadilla. No me has atacado a preguntas —se burla, pero mi tozudez le aplaca—. ¿Qué fue lo que soñaste?

         Me muerdo el labio, reticente.

         —Soñaba... Con Goran. Con Yatlax. Con Jared... Soñaba con sus ojos llenos de horror mirándome, inculpándome... Y con mis manos manchadas de sangre.

         El silencio vuelve a instalarse. Estando allí, rodeados por la quietud de un mundo agonizante, de pronto me siento más sola que nunca.

         Retengo mis lágrimas. Extraño tanto a Matt y a papá.

         —Escucha Meryl —su tono se vuelve más serio de pronto—, las cosas que tuviste que hacer no fueron tu culpa. —Me mira profundamente—. El mundo es hostil y no te ha dejado más opción que aprender a sobrevivir a él. No quiero que te sientas culpable por eso. No eres una mala persona por proteger lo que te importa. Hiciste lo que tenías que hacer. Has probado ser capaz de luchar por tu propia cuenta. —Hace una pausa y después agrega: —pero no quiero que te veas obligada a hacer cosas como esas si te hacen sentir así. Mientras yo esté aquí prometo evitar que pases por esto de nuevo.

HOSPEDANTES ©Where stories live. Discover now