☣CAPÍTULO 9☣

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         Saco con cuidado el primer objeto que descubro dentro de la maleta. Una caja de cristal gruesa sellada con un cerrojo. Dentro contiene un juego de ampolletas, una jeringa quirúrgica y una muestra de algo que parece sangre, con la etiqueta arrancada. Después de examinarla la coloco a un lado para extraer el segundo objeto.

         Se trata de una caja forrada en piel negra con un logo impreso sobre la tapa. Paso mis dedos por encima, algo turbada. El diseño del logo es un pentágono azul y verde con un planeta en el interior, de un azul más tenue, cubierto por varias estrellas pequeñas que emulan la bandera estadounidense. Consigo abrirla con facilidad y contemplo una especie de pistola alargada y ligera con unos cuantos dardos vacíos como cargas. La saco del estuche para mirarla de cerca. Por debajo tiene impreso el mismo logo de la caja. Trato de hacer memoria, pero no recuerdo nada con ese logo.

         Aún más confundida que antes, saco el último objeto. Es pesado aunque pequeño, de unos 15 cm, y se parece a una caja de motor en miniatura. Al principio pienso que sólo es chatarra, pero después de examinarlo estoy bastante segura de que es una bomba, aunque parece estar armada de forma profesional a pesar de lo descuidado de su apariencia. Un prototipo, tal vez. Durante el tiempo que viví en el campamento aprendí a distinguir ciertas armas y explosivos, por mera seguridad. De ahí que sepa reconocer una bomba. Sin embargo, ésta no se parece a ninguna que haya conocido. Igual que con todo lo demás, me quedo absorta, reflexionando posibles razones por las que Glenn cargaría con estas cosas, pero nada de esto tiene sentido para mí, sobre todo porque no tengo suficiente información para sacar conclusiones.

         Resoplo, cruzándome de piernas para seguir husmeando dentro de la maleta, ya sin ningún pudor. Luego de revisar la bolsa principal decido checar las pequeñas. En una de ellas encuentro un pañuelo enredado a algo. Lo desdoblo y levanto con cuidado una cadena de oro rosa con un dije de San Jerónimo Emiliani. ¿Sería de su madre, de su hermana? ¿De su novia?

         Junto a la cadena hay una tarjetera. Al abrirla descubro una credencial con el logo de antes, junto a las siglas SERAT. Tiene una foto y un nombre. El hombre de la foto es joven, de cabello corto y despeinado, y mandíbula afilada. Sus penetrantes ojos dorados me producen escalofríos aun siendo sólo una foto. Junto, el nombre que se lee es "Glenn Nevin Luttrell". Lo leo en voz alta, probando las palabras en mi boca. Una ráfaga de familiaridad me recorre el cuerpo con el simple hecho de descubrir su nombre completo. Contemplo la foto detenidamente. Le sienta bien el cabello corto y la cara cuidadosamente afeitada. Parece más joven, aunque no menos intimidante.

         Me embeleso observándole, pensando en todo esto, a tal grado que no soy consciente del momento en que Glenn aparece a mis espaldas.

         —¿Qué mierda crees que haces? —suelta con voz áspera.

HOSPEDANTES ©Where stories live. Discover now