XXVI - Decisión

18 5 22
                                    

Poco después, Rufo informa que tuvieron que usar magia para que Ángel pudiera dormir, ya que se mostraba alterado. Russeus tampoco se ha recuperado del mal momento, reposa en una silla cerca de la ventana, con la mirada perdida. Pronto comienza a hablar con voz llena de melancolía, dejando saber a Rufo lo que tiene en mente. -Hace 20 años, cuando Ágata tuvo a Ángel y se quedaron un tiempo aquí, se veía tan plena, ni que decir de nosotros, no cabíamos de la emoción cuando nos permitieron verlos -recuerda-, como sabes mi esposa y yo no podemos concebir debido a su tipo de poder, por supuesto la amo tanto que era lo menos que me importaba y así ese niño recibió todo el amor que no sabíamos que necesitábamos dar -suspira haciendo un breve silencio-, pero fue tan corto tiempo, probablemente Ángel tenga pocas memorias -concluye poniendo su mano en la cabeza.

-No lo subestime, los Angelus si no somos afectados por un hechizo, podemos tener memoria desde muy pequeños, pues desarrollamos nuestras capacidades generales más rápido que los humanos -responde Rufo con suavidad.

-Se fueron porque en Zafiro apenas dominas caminar y hablar -continúa relatando-, empiezan a educarlos para ser guerreros y a raíz de eso no volvimos a saber de ellos por cuatro años -dice con amargura-. Rufo, tu sabes que a ese muchacho lo adoro como a un hijo... fuí feliz cuando volví a verlo, pero fueron tan pocas veces en estos años y nunca tocamos temas familiares, más allá de preguntar cómo estaban... a decir verdad, sus respuestas eran vagas, noté su cambio y lo atribuí a su crecimiento, casi no me hablaba, solo cuando venía en misiones, esto es mi culpa, debí... -su voz se corta.

-Mi señor, por favor no se culpe, hablemos de nuevo con él, podremos solucionar algo... -suplica con la mano en el pecho.

-¿Estaré pensando demasiado? O hay algo importante detrás de su silencio -se cuestiona con desespero-, con tanto tiempo sin saber de ambos, tuve un mal presentimiento... y ahora verlo así, me hace pensar lo peor... ya no tengo el corazón de ser estricto -concluye devastado.

-Sabía que usted estaba luchando por ser duro con sus palabras, le afecta más que a nadie tener que ser así, pero lo hace por su bien y por el de nuestro pueblo, Ángel lo sabe, por ello reaccionó de esa forma... él tiene más parecido a usted de lo que piensa.

-Esa niña... Iris, no es mala, ni mintió... -confiesa arrepentido- ella me lo trajo de vuelta, hubo otro cambio en él, uno bueno, que me permitía acercarme de nuevo y me veo en la necesidad de comportarme como un rey... me siento impotente de no poder ayudarlos... -dice aporreando sus puños en los brazos de la silla.

De pronto su vasallo se coloca frente a Russeus, posando una de sus rodillas en el suelo y la cabeza baja. -Mi señor, le suplico que me aplique un castigo, no merezco su perdón después de ocultar algo posiblemente de vital importancia y quizá por eso...

Russeus ríe levemente interrumpiendo -Sé mejor que nadie, que has cuidado de ese atolondrado, no puedo culparte, solo te comportaste como cualquiera que ama a su familia, tal vez habría hecho lo mismo en tu lugar...

-Usted me hizo sentir parte de su familia, Ángel es como mi hermano y le aseguro que mis sentimientos no cambiarán, sin importar lo que tenga que hacer, estaré a su lado, por ello le imploro aplicar ese castigo a su soldado y me permita actuar como un familiar -culmina con firmeza manteniendo su postura.

-Rufo... ¿Estas pidiendo que te retire de tu puesto? -inquiere con sorpresa.

-Usted no puede dejar sus deberes de gobernante para ayudar en esta situación -asegura-. Trabajo aquí porque le respeto y quería fortalecer a nuestros soldados, ya que ellos son quienes dan su vida para protegernos. Pero mi corazón está ahora con Ángel, pues se que no se detendrá esta vez y deseo ser su apoyo, le ruego me disculpe por ser egoísta... -termina con firmeza volviendo a bajar la mirada.

AngelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora