XLVII - Infiltración

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La distracción mencionada por Ángel fue utilizada también para hacer que Lazurd se centrara en él y tener rutas diferentes que tomar

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La distracción mencionada por Ángel fue utilizada también para hacer que Lazurd se centrara en él y tener rutas diferentes que tomar. En la comunicación visual a distancia que tuvieron, el muchacho mostró una actitud arrepentida, se esforzó por cumplir su papel de convencimiento, apelando a su compromiso de aceptar sus responsabilidades como hijo de un gobernante y como candidato a heredar el trono, a pesar de que por dentro a penas contuvo las ganas de vomitar por repulsión; por fortuna funciona, Lazurd sabe que para su hijo menor es muy difícil engañar a otros por su corazón justo, pero lleva su sangre también y lo cree capaz de conseguir lo que se propone. Pensando que puede manejarlo a su antojo y tenerlo como aliado es mejor para él, asi decide aceptar verlo.

El gobernante le ordenó ir lo más pronto posible; sintiéndose benevolente le encomienda llevar consigo a los soldados con los que ha trabajado hasta ahora en quienes haya depositado su confianza, ya que a partir de entonces estarían bajo su mando y lo protegerían. La indicación de Lazurd cayó como anillo al dedo y utilizando las habilidades de sus aliados se hacen pasar como los soldados elegidos por Ángel que trabajarían para él.

Todo iba bien con el plan y las cosas se acomodaron casi solas, Ángel realmente tenía personas en quien confiar, así que las eligió para suplantarlas, pero de entre los elegidos, una persona con experiencia enfrentando control mental y estrategias de infiltrado, tenía fuertes defensas y no cayó en el control de Larimar ni fue afectado por Rufo lo que los pone en aprietos.

Pensando que podría venirse abajo todo el esfuerzo puesto en esta misión, Ángel detiene a la mujer antes de que los ataque.

—¡Espera por favor, Iolita!

—Ángel ¿qué significa esto? ¿Estás traicionando a tu clan? —cuestiona en un intento de entender lo que sucede—

—No, yo...

Ella no da lugar a respuesta.

—Pensé que estabas siendo controlado, pero sé reconocer mejor que nadie los efectos de alguien bajo el control de otro y tu voluntad aún está presente. He tolerado muchas cosas, al parecer cometí un error —asegura con gran decepción.

—Él nunca haría algo como eso —interrumpe Iris.

—No creo que tengas una posición para hablarme así niña —dice en tono estricto.

—Su forma de hablar es como la de mi padre, aunque en contraste tiene mucha estabilidad emocional pero también pude ver que sus sentimientos se movieron por un momento, vacilaron con Ángel, una parte de usted quiere escuchar antes de condenarlo, ¿por qué no hacerlo?

—¿Qué clase de poder mental tienes? no... no importa cual sea, será inútil conmigo.

—Yo no controlo la mente, solo impulso lo que está ahí y evita expresar por cuestiones de su trabajo, está en alerta máxima y no se permite ser receptiva, pero si Ángel la eligió es porque sabe que lo apoya, por eso me atreví a hablar, creo que vale la pena que escuche lo que tiene que decir.

—Tú eres la niña que salvó ¿cierto?

—¿Cómo lo supo?

—Lo conozco muy bien, suele apoyar a la gente casi sin pensarlo y he tenido que protegerlo en varias ocasiones de aquellos que lo traicionaron, pero parece que no aprende.

Ángel se puso entre ellas pensando que Iolita haría algo en contra de Iris, pero la joven tocó el brazo de Ángel para indicarle que no era necesario protegerla y para su sorpresa, la mujer frente a él sonrió cálidamente.

—Niña, sé que no eres alguien con malicia en el corazón, por eso apoyé a este travieso una vez más —dice ahora con un tono maternal—. Pero pensar que llegaron a estas circunstancias, no puedo ignorarlo. Ángel, será mejor que tengas una buena explicación y después tendré que decidir qué hacer ellos. —Vuelve al tono serio.

El joven volteó a ver a los que lo acompañaban, una vez más tenía vidas en sus manos, sentía gran peso en sí, pero se encontró con leves sonrisas que demostraban confianza en él y todos asintieron sin decir palabra, dándole la fuerza para hacer lo que debía.

Sin moverse del lugar, todos escucharon lo que el joven dijo a Iolita y ahora solo les quedaba esperar la respuesta de la mujer que después de un largo silencio habló.

—Mi lealtad está contigo casi desde que te conocí, yo misma fui salvada por tu alma y he estado esperando una oportunidad para demostrar mi gratitud. No tienen que suplantarme, quiero estar ahí.

La tensión se liberó del lugar y los espectadores involuntarios suspiraron aliviados, Ángel la abrazó agradecido y al mismo tiempo se disculpaba por involucrarla, ella simplemente revolvió su cabello y le dijo que todo estaría bien.

Con Iolita de su lado nada pudo impedir que entraran ya que incluso consiguieron otros aliados que estaban cansados de la opresión que se vivía con el gobierno de Lazurd. Todos llegaron a la misma conclusión, era el momento de sublevarse.

Los primeros filtros fueron muy fuertes por lo que tuvieron que tener mucha precisión en todos los movimientos, pero gracias a su buena coordinación pudieron superarlos, sin embargo se podría considerar que solo pasaron la capa externa de seguridad.

La verdadera dificultad es el último filtro: la guardia real, los angelus de más alta confianza del gobernante, un número reducido de cinco guerreros con habilidades incomparables, solo superados en poder por la familia principal. Nombrados con las variedades de color del zafiro: Padmaraga, Teal, Ceylon, Aciano y Kashmir; se les elegía a traves de numerosas pruebas para confirmar su lealtad inamovible y un equilibrio entre fortaleza mental y física era clave. Estaba también incluido el juramento más fuerte que protege al gobernante de Zafiro: si lo traicionan mueren instantáneamente. El número de personas no era una casualidad, el cinco se consideraba especial en el clan y se creía que el último elegido era el más valioso por lo que comandaba el grupo.

En cuanto a la ubicación, el palacio principal era una porción de la tierra flotante que estaba en el centro, el resto de la tierra rodeaba como si fuera un anillo orbitando a su alrededor, en los puntos cardinales se encontraban cuatro casas a las que les daban sus nombres y eran custodiadas por los generales de la guardia real. Hay dos formas de llegar: si alguien intenta invadir, deberá luchar con los batallones de cada casa, derrotando a todos los militares y aun cuando los cuatro generales sean superados, el quinto general custodia la entrada del palacio, el punto más fuerte y seguro; la otra forma es ganando la confianza de los generales quienes mostraran el camino que conecta al palacio si eres digno. Aún para los visitantes es complicado llegar al palacio sin el sello de los cinco generales.

En pocas palabras, pasar por las casas son las pruebas que Ángel tiene que superar para ganar la confianza del gobernante y por ello también requiere gente que las enfrenten a su lado. El plan en este momento es evitar a toda costa los enfrentamientos físicos por lo que necesitan obtener la confianza de los guerreros supremos de Zafiro, el problema es cómo lograrlo.

 El plan en este momento es evitar a toda costa los enfrentamientos físicos por lo que necesitan obtener la confianza de los guerreros supremos de Zafiro, el problema es cómo lograrlo

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