XLIV - Cruda realidad

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La expresión de Ángel muestra frustración al mirar a Iris lo que la pone algo nerviosa

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La expresión de Ángel muestra frustración al mirar a Iris lo que la pone algo nerviosa.

—Sabes que lo que él hará provocará que este lugar se vuelva un campo de batalla...

—Aja... —expresó con impaciencia.

—Dijo que me dejará llevarte a tu mundo sin que tengas que ir con Lazurd.

—Supuse que dirías eso, solo se empeñan en alejarme —replica molesta.

—¿Crees que es así de simple? Ya escuché como me pediste, dije lo que sentía y lo que haría al respecto. Ahora es tu turno, por favor escucha lo que tengo que decir, necesito que lo pienses bien y te prometo que aceptaré tu decisión final.

—Ángel, no es que no quiera escuchar, se los peligros a los que me expongo, pero estoy decidida, este es el camino que quiero seguir. Igual se que les estoy causando muchos problemas pues yo no soy un guerrero, pero algo puedo hacer, se que puedo... —Aprieta los puños un poco desesperada por que le crea su amigo.

El joven coloca sus manos en los hombros de Iris y sus miradas chocan.

—Te creo, de verdad lo hago pero aún no has escuchado las cosas como son, a veces no queremos analizar todo para no arrepentirnos y necesitamos que otros nos digan...

—Tu hermano dijo algo parecido...

—Tiene razón. Hablo desde la experiencia, te aseguro que debeo hacerlo. No me sentiré bien sin que tengas todo claro.

Las palabras le llegan y con un suspiro termina aceptando oír lo que su compañero tiene que decir. Él retira sus manos y toma distancia.

—Caminemos un poco, nos sentiremos menos presionados. —Él la guia y ambos se alejan lo suficiente del campamento para dejar de escuchar el bullicio—. Lo que hablaremos aquí será entre nosotros pero debo advertir que no serán temas fáciles de tratar y aceptaré tu odio de ser necesario, pero te ruego que escuches mis palabras hasta el final.

—Sappheiros fue bastante duro conmigo, ya no necesito que sigas suavizando los temas. Desde el principio has estado protegiéndome y hasta en formas que desconozco... pero si quieres que escuche, tendrás que ser claro y directo.

—De acuerdo —suspira de forma pesada—. Este lugar no es para ti... —Su tono al igual que su rostro muestran una severidad desconocida para Iris, lo que la hace temer un poco—, se volverá una guerra en cualquier momento, algo que no puede ser tomado a la ligera; lo que has sufrido hasta ahora no es nada comparado a lo que vivirás si vas allá. Tus ancestros podrán ser de este mundo, hasta tu madre, pero tú no naciste ni creciste aquí.

—Es verdad... aunque no pertenezco a aquí, desde que te conocí jamás me hiciste sentir así, hasta en eso me protegías —analiza con tristeza.

Ángel intenta contener las desesperadas ganas de abrazarla y hablar de nuevo con suavidad para no lastimarla, pero se contiene apretando los puños y la mandíbula. Sabe que la vida de una inocente está en juego.

AngelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora