~Borrador~
Segundo libro de la bilogia libres.
Un pasado amenaza con volver a la vida de Haven, sus días repletos de amor y felicidad se ven opacados por la presencia de aquella mirada grisácea que tanto la atemoriza, sus miedos traen consigo co...
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Haven
Abro mis ojos con mucha dificultad, siento que mis parpados pesan como bloques pero poco a poco logro abrirlos, trato de ver algo pero me es imposible por la densa y profunda oscuridad, me remuevo un poco pero una presión en mis tobillos y muñecas me altera, tiro de mis extremidades haciendo que lo que parecen cadenas se encajen en mi piel, los recuerdos llegan como una avalancha a mi mente humedeciendo casi de inmediato mi mirada, una punzada lacerante y agónica se abre paso en mi pecho, el aire se esfuma de mis pulmones y siento que en cualquier momento se me vendrá el lugar —el cual no conozco— encima, tiro de nuevo de las cadenas y estas hacen un sonido metálico fuerte pero sin eco, por lo que puedo deducir que estoy en un espacio pequeño.
Trato de ponerme de pie pero las cadenas son lo suficientemente cortas para impedírmelo, me arrimo hacia atrás hasta dar con una pared, me apoyo en esta y cierro mis ojos aunque la verdad no hay mucha diferencia entre tener mis ojos abiertos o cerrados, inconscientemente comienzo a evocar sus labios dulces, su salvaje e intensa mirada, sus fuertes manos pero que al contacto con mi piel se vuelven tiernas, su cabello rubio despeinado, simplemente él... Un gran nudo se crea en mi garganta evitándome respirar con facilidad, siento un inmenso vacío en mi pecho mientras una hoguera quema mi alma.
Cuánto quisiera retroceder el tiempo a esos días despreocupados y borrar mis inseguridades, demostrarle que de verdad lo amo y darle la certeza de que mi amor hacia él es real.
Un recuerdo muy especial llega a mi mente adormeciendo un poco mi dolor, brindándome un instante de paz; porque eso es él para mí: Mi antídoto, mi calma, la razón de mis risas y el amor de mi vida.
Tomo algunos libros de la biblioteca y me encamino hacia el estacionamiento con el cansancio haciendo mella en mi cuerpo, camino y a lo lejos logro ver como un hombre uniformado rompe el seguro de mi bicicleta y la arrastra hacia la camioneta policiaca, me apresuro y lo tomo por el hombro dándole la vuelta.
—¿Por qué mierda te llevas mi bicicleta? —digo bastante furiosa, sus ojos de un color bastante peculiar pero hipnóticos me miran burlones, como si todo el asunto le causara gracia.
—Asuntos policiales, nena —Me ignora completamente y sigue su camino arrastrando mi pobre bicicleta como si fuera un desperdicio o basura, me encolerizo y lo alcanzo colocándome delante de él ganándome una mirada despectiva.
—Bueno, "nene" —Hago las comillas e imito su voz — ¿Qué asuntos? ¡Oh, ya va! No me digas, es que transporto marihuana en mi bicicleta —La ironía burbujea desde el centro de mi ser ya al borde, las personas pueden llegar a ser bastante irritantes cuando se lo proponen, lo miro seria queriendo golpearlo al ver como un atisbo de sonrisa se pinta en su rostro —. Quiero una buena razón para que esté tomando éstas medidas tan drásticas —culmino.
