~Borrador~
Segundo libro de la bilogia libres.
Un pasado amenaza con volver a la vida de Haven, sus días repletos de amor y felicidad se ven opacados por la presencia de aquella mirada grisácea que tanto la atemoriza, sus miedos traen consigo co...
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Ben
Las horas pasan fugaces, veo las manecillas del reloj y es como si el tiempo me persiguiera, cada segundo que pasa me hace sentir más ahogado con el miedo creciendo en mí, las opciones se acaban y es algo que no quiero terminar de aceptar, solo quiero que todo se detenga y ella vuelva.
El mismo miedo, la misma sensación de abandono, el mismo sentimiento de vacío en mi pecho, así se siente mi pasado colisionando con mi presente desmoronándolo todo.
—¡No puede ser! La tierra no se la puede haber tragado, es algo ilógico —El oficial de turno me mira con una mirada que solo denota lástima, se encoge de hombre y se quita la gorra que adorna su cabello repleto de hebras plateadas.
—Oficial Gates hemos revisado en todas partes, en cada callejón, cada hotel, cada hospital y no la encontramos pero no entre en pánico, eso no significa que no la encontraremos solo denos un poco de tiempo.
—Tiempo es lo que menos tengo —Suelto una bocanada de aire y lo miro expectante — ¿Qué esperas un aumento de sueldo? Ahí parado no la encontraras, quiero a todos buscándola.
—Si señor —Sale de la oficina con su cabeza cabizbaja y tomo el puente de mi nariz entre mi dedo índice y pulgar, odio tratar a los oficiales de esa manera pero realmente no me encuentro en mi mejor momento, siempre he tratado de ser un buen jefe pero ahora solo quiero dar con su paradero.
Me dejo caer en la silla junto a mí y llevo mis manos a mi nuca tratando de convencerme que nada de esto está ocurriendo, ella no me pudo haber abandonado un día antes de casarnos, la conozco lo suficiente como para decir que Haven no es igual a ella, Haven no me haría esto pero lamentablemente todo me indica que sí, cierro mis ojos cuando una punzada llega a mi sien a causa de tanto estrés. Han pasado tres días y no logro dar con esa mujer de ojos azul cautivantes que se ha convertido en mi todo, que con su carácter y su sonrisa se ha metido bajo mi piel, hasta tal punto de volverse indispensable en mi día a día.
—Ben... —Abro mis ojos sobresaltándome, una melena morada me llama la atención y trato de sonreírle pero solo logro hacer una mueca rara.
—Emilyd ¿Has sabido algo de ella? —digo con una pequeña esperanza pero ésta desaparece de nuevo al verla negar.
Apoyo mis codos en mis rodillas y oculto mi rostro entre mis manos, duele demasiado su ausencia sea cual sea la razón, he buscado respuestas en todas partes, he preguntado a los vecinos, he ido a su trabajo para ver qué información podían darme pero lo que conseguí contradice todo lo que he planteado en mi mente o simplemente soy yo el equivocado. «Ella estaba muy emocionada y nerviosa» fueron las palabras de sus compañeros, me siento tan confundido y perdido sin ella.
—La encontraremos, ella no sería capaz de abandonarnos y mucho menos a ti —Asiento taciturno implorando a mi mente que lo termine de entender pero es imposible, mi desconfianza es uno de mis peores defectos.
