5. Respiro

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Gravity - Sara Bareilles.

Gravity - Sara Bareilles

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Haven

Miro mi reflejo en el espejo y me estremezco ante la imagen que me saluda, mis pómulos golpeados arden al contacto con las lágrimas, mis ojos azules se ven vacíos, tristes y desolados, mis labios rotos y sajados, repaso el contorno de mi reflejo sobre la superficie fría del vidrio con un hueco formándose en mi pecho, me estoy perdiendo y estoy en un punto en el que ya casi no me reconozco.

Tomo el compacto de la mesa y con la mota esparzo el polvo por mi rostro con el único propósito de ocultar los moretones que decoran mi piel, seco mis lágrimas y deslizo mis dedos por debajo de mis ojos para disimular las oscuras ojeras pero fallo en el intento al sentir como otra lágrima traicionera cae, cierro mis ojos y respiro profundo, debo dejar de llorar con el tiempo he aprendido que las lágrimas no sirven de nada, así como los lamentos.

Los abro y sigo con mi trabajo, tomo un rubor cálido y con una brocha maquillo mis mejillas dándole un poco de color a mi demacrado semblante y por último tomo un labial rojo, delineo el contorno para seguidamente pintarlos por completo. Me miro y siento que una completa extraña me mira del otro lado del espejo, esa mujer repleta de maquillaje y sin emoción en su rostro no soy yo, agacho mi mirada rendida, por mucho que lo repita en mi mente no puedo cambiar el hecho de que Grace me ha orillado a cambiar todo de mí.

Elevo mi vista al sentir la mirada de alguien en mi espalda, trago grueso al verla detrás de mí observándome con la tristeza y lástima tiñendo su rostro, ignoro el escalofrío que recorre mi cuerpo al ver cómo me escanea y muerde su labio inferior, gesto que conozco perfectamente...

«Está nerviosa», pienso.

Ninguna dice nada, solo nos observamos a través de un espejo con la esperanza de que nuestras miradas griten lo que no somos capaces de decir con nuestras bocas.

Sus ojos son un huracán de emociones, o al menos así logro percibirlo, con la intención de ponerme de pie me remuevo pero al ver como niega y retrocede me detengo, su muralla vuelve a elevarse entre nosotras mostrándome a la Bella que me odia y me desprecia, se da la vuelta y sale de la habitación produciendo, de nuevo, esa sensación de vacío en mí.

Guardo el maquillaje y me acerco al perchero del cual tienden prendas demasiado provocativas, revuelvo todo buscando algo menos revelador, opto por un vestido ceñido hasta la cintura y que cae holgado hasta medio muslo, a juego con unos tacones negros.

Una punzada ataca a mis costillas logrando que me doble por el intenso dolor, respiro una y otra vez buscando la forma de ignorar el cómo se intensifica el tormento, me irgo y camino con mi vista nublada.

Todas las chicas me miran con cierta lástima en sus miradas pero las ignoro rotundamente, sigo caminando con mi cabeza en alto hasta llegar al lugar donde Carly permanece, me coloco en cuclillas soportando el dolor y con mi respiración bastante agitada.

En busca de mi Felicidad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora