13. ¿Rendirme?

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Paper Hearts - Tori Kelly

Ben

Dejo que mis manos se llenen de agua y restriego mi rostro, siento mi cabeza palpitar al escuchar su voz chillona, desgraciado sea el día que la conocí.

―Hola cosito ―Volco mis ojos y la aparto al sentir como se aferra a mi cintura y comienza a descender.

―Sasha, ya te dije que salgas, en serio te dejé bien claro aquella noche que solo eres sexo, nada más, deja de insistir tanto ―digo exasperado, ya me está cansando su constante molestia.

―Eres un tonto ―Sale refunfuñando del baño tan solo vestida con su diminuta ropa interior, escucho mi teléfono sonar en mi habitación pero no le tomo importancia, ya una llamada no acelera mi corazón, ni me pone ansioso porque sé que ella jamás llamará, sé que la perdí.

Mi corazón llora en mi pecho, mi alma se rompe a cada segundo que paso sin ella, me estoy hundiendo y no lo puedo evitar, es como cuando te lanzas a una piscina te hundes con fuerza pero en mi caso por más que trato de nadar hacia la superficie no lo logro, me sigo hundiendo en mi propio sufrimiento.

Escucho unos murmullos, Sasha está hablando algo que es sumamente extraño porque solo estamos ella y yo, además que ella ya debería haberse ido.

―¡Cosito, mi amor! Tienes una llamada ―Le arrebato el teléfono de las manos con mi paciencia a instantes de acabarse.

―¿Alo? ―Una respiración pesada se escucha al otro lado, no hay voces lo cual me alerta demasiado ― ¿Quién habla? ―La llamada se corta devolviéndome a mi realidad, mi mísera realidad.



Haven

Mis lágrimas se deslizan inconscientemente por mis mejillas, hace unas horas Grace volvió luego de dejarme la noche anterior adolorida en la habitación, al negarme a su idea me daño de la peor manera, entro y no noto que dejo caer su teléfono al tomar las cadenas y llevárselas ―supongo para esconderlas― Bruno salió junto a ella y aproveche para llamar a Ben, era mi oportunidad de hacerle saber dónde estaba, de que me ayudara porque cada segundo que pasaba encerrada en ese lugar mis esperanzas decaían.

Pero todo mi mundo se tambaleo para luego venirse abajo ante aquella llamada, lanzo el teléfono contra la pared y escondo mi rostro entre mis manos, por más que quiero pensar que no es verdad, que él no me haría eso, no puedo, todo cae sobre mí como un balde de agua fría helando mis venas y destrozando mi corazón.

Entiendo que pueda pensar que lo abandone pero jamás creí que fuera capaz de hacerme esto.

¿Si él es feliz de que vale seguir luchando? Si aceptaba el trato de Grace estaría firmando mi infelicidad pero estaría salvando a todas las mujeres que han sufrido por tanto tiempo, no puedo ser tan egoísta y declinar ese trato, ellas no se merecen más dolor.

En ocasiones hay que posponer nuestra felicidad para garantizar la de las personas que amamos, es como un paseo en bicicleta, a veces debemos detenernos y prestar la bicicleta a otra persona para que esa persona experimente la sensación de la brisa en el rostro, ese efímero sentimiento de libertad. No importa que no te la devuelvan porque la vida es dar sin esperar nada a cambio, solo hay que entender que alguien en algún momento te prestará su bicicleta para que vuelvas a pasear, porque no estas poniendo un punto y fin a tu felicidad, solo estas poniendo un punto y coma.

Grace entra a la habitación con una gran sonrisa, limpio mis lágrimas y me pongo de pie como puedo para poder encararla.

―Acepto, lo haré pero cumplirás con tu parte del trato ―Me tiende su mano y la aprieta colocando un punto y coma a mi felicidad.

En busca de mi Felicidad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora