21. Neblina

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¡HOY FUERON DOS CAPÍTULOS, LEER PRIMERO EL CAPÍTULO 20!


Me haces tanta falta - Kevin Karla & La banda

Ben

Las horas pasan y mi mente solo puede reproducir las llamas consumiendo aquella edificación, la noche es una tortura las pesadillas no me dan tregua, en ellas la edificación se cae a pedazos y puedo ver a Haven dentro, sus ojos apagados y tristes miran un punto en el vacío, llamo su atención logrando que me vislumbre, no puedo moverme pero ella sí, camina hacia mí y cuando solo unos centímetros la separan de la puerta el fuego se enciende, grita pidiendo mi ayuda pero algo más fuerte que yo me mantiene pegado al suelo.

Sus gritos son el detonante para despertar en una realidad más perturbadora, que el mismo sueño. Los rayos del sol alumbran la habitación, me pongo de pie al escuchar el timbre, me encuentro con Bella en la cocina en compañía de Emilyd y Connor.

Saludo con un asentimiento de cabeza antes de abrir la puerta, un compañero del recinto me sonríe pero su mirada me dice todo lo que necesito saber.

Trago grueso al ver los documentos en sus manos.

―Dígame, que información tiene.

―El fuego lo originó un reloj bomba, estaba dentro de lo que parecía una caja o maletín, la verdad es difícil asegurarlo. Deducimos que la bomba tardo de dos a un minuto en explotar por la manera en la que se elaboró la bomba ―Tomo la bolsa de la evidencia que me tiende y observo el reloj despertador ―casi en su totalidad destrozado― conectado a los cables transportadores de energía.

»Es raro ver este tipo de casos, tenía varios años que no lo veía pero debo decir que fue muy bien elaborada, en la escena no se encontraron cuerpos, solo sus cenizas. Llegamos a la conclusión de que la ropa que las víctimas tenían comenzó a arder y por ende la grasa corporal a derretirse, éste tipo de llama puede pasar horas encendida y llegar a carbonizar las partes del cuerpo que estén en contacto con la tela, solo logramos rescatar unos huesos que no nos dan ningún información de las personas pues son pies y brazos.

―Entiendo... ¿Algo más?

―Eh p-pues sí ―dice tartamudeando. Sus ojos reflejan pesar al encontrarse con los míos, busca algo en el bolsillo de su chaqueta y me lo tiende, lo tomo con manos temblorosas.

Un peso de incontables dimensiones se posiciona en mis hombros, mi vista se nubla por las lágrimas que trato inútilmente de retener, mi garganta se estrecha impidiendo que el aire llegue con normalidad a mis pulmones.

Un torbellino de culpa y dolor se instala en mi cuerpo, abro la pequeña bolsa y dejo que el anillo descanse en la palma de mi mano, lo reconozco instantáneamente, mi corazón se comprime y siento que en cualquier momento voy a desfallecer.

―El equipo forense junto a los bomberos encontraron rastros de sangre de Haven Crow en una habitación en la parte trasera del galpón, ésta se vino abajo por el estruendo de la bomba pero al encontrar el anillo cerca de la tela, todos coincidimos que una de las personas que estuvo dentro y, que por ende, falleció fue ella.

―¿Está completamente seguro de eso?

―Sí señor, lo siento.

―Gracias ―susurro, y me doy la vuelta cerrando detrás de mí la puerta, me deslizo por la madera hasta que mi cuerpo toca el suelo, elevo mis rodillas para apoyar mi codos y enterrar mi rostro entre mis manos.

La pequeña esperanza que guardaba en mí se esfuma como mis ganas de vivir, la culpa atenaza mi alma y mi subconsciente no deja de recriminarme el hecho de no haber confiado en ella, de no haber escuchado sus explicaciones, de no haber luchado por esa diosa de ojos azules.

En busca de mi Felicidad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora