Aún recuerdo ese día, intentaba mover a mi gente para rescatarlas a las dos, en el ambiente se notaba la tensión y desesperación. Sabíamos a quién nos enfrentábamos, que el tipo era capaz de todo...Pero no de quitarme a mi niña.
Cuando ví su cuerpo...
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Luego de poner la demanda en la estación de policía nos fuimos del lugar, sentía un mal augurio en mi pecho, la opresión de que algo malo estaba por ocurrir.
Deseando que todo fuera un error llegué a mi casa, subí a mi habitación, cansada me cambié e hice mi rutina de higiene nocturna. Al fin caí rendida en mi cama.
...
Desperté como casi nunca lo hago, de mal humor, hoy es Martes, pero no fui a la universidad por el altercado que tuve con Matthew, ya el director estaba al tanto de lo que había pasado sumando a eso que el oficial me había aconsejado no salir de casa los días previos de la agresión. Yo estaba clara que iba a pasar el resto de la semana encerrada así que me propuse una meta de una semana, pasar estos días lo mejor posible, realizar actividades para mantenerme distraída y no pensar en el dolor que a pesar de todo alberga mi corazón.
Tomé una ducha para despejar mi mente y relajar mi cuerpo, quería tener un día de Spa en casa, ya que hace mucho no lo hacía. Gracias a YouTube encontré una receta de mascarillas faciales y productos que puedo utilizar para mí cuerpo, por otro lado quería depilarme y hacer todas las cosas de chicas ya que ya vendría la visita del mes e iba a desear morir. Mientras que esperaba que actuara el pegoste que tenía en la cara alguien tocó la puerta de la casa.
-¿Quién es?- Tomo el bate que me dejó mi padre, alegando que funcionaría como defensa personal, cosa que a mí me parecía absurda por la razón que si alguien entraba a la casa con un arma y yo solo tenía un simple bate ya yo me moriría e iría al infierno antes que Lara.
Enseguida abren la puerta de un solo golpe, pongo el bate de forma que en cualquier momento podría atacar, pero solo es Lara con unas bolsas en la mano y una en la boca. Me vecon el bate en la mano,en su mirada veo las ganas de reírse que tiene, con el pie izquierdo cierra la puerta, se acerca a la isla y deja todo allí. Finalmente estalla en risas.
-¿¡Que tienes en la cara!?- Acerca su dedo a mi rostro y quita un poco de la mezcla.
-Es una mascarilla de aguacate y aceite de oliva.- Ella ve su dedo verde, sube sus dos hombros en señal de desinterés y prueba lo que tocó mi rostro.
-¡Si eres lambucia!- Cruzo mis brazos y la veo anonadada.
-Es sacrificar tu belleza, que ya la tienes, o que yo me muera de hambre.- Me rodea y de tira sin cuidado alguno en el sofá.
-¿Habías olvidado que me diste las llaves de tu casa?- Pregunta mientras que se desparrama en el sillón enseñando el piercing que tiene en el ombligo. Recuerdo cuando fuimos ella y yo de manera ilegal a un tienda de piercings, teníamos 16 años, por ende ambas éramos menores de edad.Yo tengo una con una Luna y Chilito un sol. Lo decidimos así porque yo soy serena y tranquila como la Luna mientras que mi amiga es esplendorosa y expresiva como el Sol.
-Te mentiría si te digo que lo recuerdo. Últimamente no he podido recordar ni enfocarme en nada.- Con todo lo que me ha pasado he olvidado que tengo que empezar a trabajar con Food Network para abrir mi restaurante, estoy consciente que es una responsabilidad grande pero estoy preparada para afrontarlo. Además que con los 600 mil dólares que obtuve en la competencia puedo comprarme una casa aquí en Seattle ya que en un abrir y cerrar de ojos Ithlu necesitará un espacio más grande.
