Aún recuerdo ese día, intentaba mover a mi gente para rescatarlas a las dos, en el ambiente se notaba la tensión y desesperación. Sabíamos a quién nos enfrentábamos, que el tipo era capaz de todo...Pero no de quitarme a mi niña.
Cuando ví su cuerpo...
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Faith
Es de noche, el carro transita por un sendero pastoso y lodoso, no logramos divisar ni una casa a nuestro alrededor. Sabía que esto pasaría algún día pero no justo en este momento. El auto se mueve de un lado a otro haciéndonos chocar con los dos hombres que están a nuestro lado, mis manos tiemblan, el frío azota nuestros cuerpos y el miedo está más que latente. Empiezas a pensar todas las cosas que te pueden hacer, contigo, con tu amiga, con tu cuerpo... Ni siquiera sabemos si vamos a lograr salir de todo esto vivas.
Nos detenemos, todo es penumbra, solo se escucha el canto de los grillos y la cigarra, este escenario es perfecto para un película de horror.
—Quiténse los zapatos y la ropa.— Uno de los hombres se baja y da la orden, nos quedamos congeladas, no movemos ni un músculo. Veo que Matthew se acerca, habla con gran hombre y se inclina para vernos.
—Quiténse la ropa y los zapatos, le daremos ropa, no se preocupen.
—Si no vamos a cambiar necesitamos que se salgan y nos dejen solas.— Hablo de manera firme.
—Nos saldremos pero estaremos afuera.— Habla el segundo tipo que se encuentra al lado de Lara, se baja y cierra la puerta, el hombre que estaba sentado a mi lado nos lanza literal dos pedazos de tela, cierra la puerta.
—¡¿Qué es esta mierda?!— Exclama Lara al ver una supuesta bata entre sus manos, que ya no era blanca sino beige, estaba toda sucia.
—No sé, pero hay que hacer algo. ¿Cómo salimos de aquí sin que nos vean? Están a los lados de las puertas.
—No vamos a poder escapar Faith, no podremos salir de aquí.
—¡Maldición!
—¡Muevánse! No tenemos toda la noche.— Uno de los hombres golpea la puerta con su puño, nos quitamos la ropa y nos colocamos las batas que apenas roza nuestras rodillas. Abrimos las puertas y nos bajamos.
—¡Dijimos que se quitarán los zapatos!— Su voz retumba tan fuerte que las dos nos sobresaltamos, lo que pisamos a continuación no era simple tierra seca, era puro lodo, parecía que había estado lloviendo la noche anterior. Nos quitamos los tenis y con asco ponemos los pies en el suelo.
Las lágrimas salen sin control de mis ojos, el frío viento me hace estremecer, Lara y yo no nos separamos ni un solo segundo.
—¿Que pasa princesa? ¿Te da asco pisar el lodo? ¡Pues yo lo probé y varias veces! ¡Ahora te toca a ti!— Matthew se acerca furioso a mi, yo retrocedo por instinto, pero no podía hacer gran cosa porque el auto estaba detrás de nosotras, Matthew toma mi pelo y jala de el, me aleja de Lara y me tira al suelo—¡Quiero que comas un poco se lo que yo comí cuando estuve en la cárcel! ¡Me hicieron lo inimaginable! ¡Ahora tienes que pagar tú!— De un momento a otro estampa mi cara en el barro, es sumamente asqueroso, frías y azotadoras gotas empiezan a caer. Matthew jala de mi cabello para levantar mi cabeza.
