Aún recuerdo ese día, intentaba mover a mi gente para rescatarlas a las dos, en el ambiente se notaba la tensión y desesperación. Sabíamos a quién nos enfrentábamos, que el tipo era capaz de todo...Pero no de quitarme a mi niña.
Cuando ví su cuerpo...
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Dejaré esto por aquí, y me iré lentamente...
Faith
Llegamos a la habitación, cierro la puerta desesperada, Luke inmediatamente me estampa contra la pared, mete su mano en el escote del vestido, está abertura se encuentra en la altura de los senos, empieza a recorrer mi piel con sus dedos, en respuesta todos mi vellos se erizan. Pongo mis manos en mis manos en su cuello atrayéndolo hacia mi, el sabor de sus labios es adictivo, el contacto es desesperado, sus manos viajan a mi espalda y baja el cierre lenta y tortuosamente.
—Luke por favor.— Suplico antes su lentitud, se pega más a mi aspirando el olor de mi cabello, respira agitado en mi oído.
—¿Que quieres Faith? Dime lo que quieres.—Me besa con erotismo, desde hace días nos teníamos ganas, pero por un motivo u otro no lo hacíamos.
—Quiero...quiero que me hagas tuya Luke.— Suelta un gemido ronco en mi oído, el vestido finalmente cae en el suelo, me alza del suelo y me acuesta en la cama, deposita besos y lamidas en mi cuello, la amiga del sur empieza a emocionarse.
Tienes que hacer algo para enloquecerlo de la misma manera Faith. Habla mi voz interior.
Tu eres el diablo voz interior. Le contesto rodando los ojos mentalmente.
Lo empujo en el colchón, me subo en su encima y estrujo mi vagina en su creciente bulto, me deshago con manos rápidas de el saco que trae puesto, antes de darme cuenta se encuentra sin camisa, mostrándose tan sexy, solo para mí. Porque si, Luke Hyland es mío.
—Eres mía Faith, y yo soy tuyo.—Me lo dice en el oído mientras que yo deslizo mis manos por la tela de su pantalón, llegó a los botones y el cierren. En un día por tres ya está solo en ropa interior. Desciendo mi boca por su pecho dejando pequeños besos, llegó finalmente hasta abajo y lamo la tela de su bóxer por encima de su erección.
—Creo que alguien ya está mojado.—Lo veo con picardía, finalmente le guiño un ojo y bajo lentamente la barrera que me impide disfrutar por completo. Su amigo salta a mi vista, lo tomo y empiezo a lamer en la base. De arriba hacia abajo.
Pasó mi lengua por sus bolas, haciéndolo gemir, veo que arruga la sabana en sus manos.
—Faith...
—¿Qué? ¿Que quieres Luke?—Me alejo de el, jugando con su paciencia, como lo hizo el conmigo.
—Quiero que te metas mi pene en tu boca, quiero correrme allí adentro y quiero hacerte gritar hasta que no puedas más.
—A sus órdenes jefe.— Lo tomo desprevenido metiendo todo su miembro en mi boca, hasta que este roza mi garganta, rodeó su punta con mi lengua, haciéndolo gemir.
—Vamos a hacer esto bien.—Se sienta y me toma de las caderas, me voltea haciendo que mi vagina quede en su cara y mi cara en su entrepierna. Toma el borde de mis bragas y las baja rápidamente, empiezo a sentir el palpito en mi clítoris, subo mis rodillas para por fin sacar la ropa interior de mis piernas. Las tira dejándolas caer en el suelo, con sus brazos hace que baje mis caderas, acercando mi centro a su rostro. Roza su lengua en el lugar exacto que lo reclama, me hace gemir y jadear.
