Aún recuerdo ese día, intentaba mover a mi gente para rescatarlas a las dos, en el ambiente se notaba la tensión y desesperación. Sabíamos a quién nos enfrentábamos, que el tipo era capaz de todo...Pero no de quitarme a mi niña.
Cuando ví su cuerpo...
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Faith
Semanas después
Las últimas semanas han sido un poco caoticas, he trabajo en la cocina desde la casa de mis padres, han habido problemas con mamá pero sencillamente no me importa, y ahora uno de los nuevos conflictos es Ithlu, ya está grande, me llega por la cadera, y es gordito. Pues en resumidas cuentas mamá se queja porque deja pelo en los muebles y ella tiene que limpiarlos, ocupa mucho espacio en la casa y bla bla bla.
Por ese motivo decidí dejar a mi hijo en mi casa, lo dejaría en el día allí y en las noches lo llevaría a la casa de mis padres, creo que así le ahorraríamos problemas a todos. Voy caminando por la calle de noche, hoy viernes salí más tarde de lo normal del trabajo, así que voy caminando sola por una calle iluminada por faros. Por experencia de las películas se que no da buena espina estar sola en estás situaciones así que apuro el paso.
Llego a la casa, abro la puerta y entro, Ithlu me recibe agitando su cola y corriendo por todos lados. Lo acaricio con una sonrisa en los labios, camino a la cocina para tomar un poco de pizza de la noche anterior. De repente alguien toca la puerta, tomo un jarrón y me acerco a la puerta para ver a través del hoyo. Es Lara.
Abro la puerta al mismo tiempo que bajo el jarrón, ya lo tenía en posición y todo.
—¡Hola mami! ¿Por qué tenías ese jarrón en la mano?
—Nunca se sabe, pasa.— Me alejo de la puerta, la abro un poco más, cuando finalmente pasa cierro.
—¡Hola pequeño Ithlu que ya no eres tan pequeño!—Lo acaricia por un rato y le gustoso se deja hacer.
—¿Cómo ha estado todo con Henry?- Pregunto mientras que busco en la cocina dos platos y dos vasos. Le sirvo una rebanada de pizza junto con Coca Cola.
—Bien, he decidido probar suerte por allá, he echo varios casting y han quedado en llamarme, espero haber pasado. Y aquí en Seattle no hay muchas opciones que digamos.
—Tienes razón, espero que vean todo el talento que tienes, estoy segura que lo lograrás.
—¿Cómo llevas lo de Luke?— Tomo un sorbo de Coca Cola antes de contestar.
—La herida evidentemente no ha sanado, se que poco a poco volveré a mi rutina normal, y será como si el nunca hubiese aparecido en mi vida. Con todo respeto porque es tu hermano.
—No tranquila, de hecho, después de lo que te hizo yo tampoco le hablo. Nunca pensé que el fuera capaz de eso, el era tan correcto y serio, que sinceramente no sé que el sucedió.
—Seguramente Alicia le dió agua de calzón.
—No lo pondría en duda.
—¿Cómo va lo de el restaurante?—Prrgunta con un pedazo de pizza en la boca.
