Aún recuerdo ese día, intentaba mover a mi gente para rescatarlas a las dos, en el ambiente se notaba la tensión y desesperación. Sabíamos a quién nos enfrentábamos, que el tipo era capaz de todo...Pero no de quitarme a mi niña.
Cuando ví su cuerpo...
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Faith
Me encontraba parada en medio de la habitación, viendo como Luke iba de aquí para allá y de allá para acá, sacaba ropa interior para ponerme y la pijama.
—Se que no combina pero es lo mejor que encontré— En sus manos tenía una bragas blancas, short verde neón, que lo compré para una fiesta, y una camisa naranja clara. Me quita suavemente la toalla de las manos, dejándola caer. Sus ojos fueron directamente a mis pechos, provocando que una corriente de electricidad recorriera todo mi cuerpo.— Eres hermosa Faith.
El me veía con admiración, como si fuera la mujer más perfecta del mundo, tomó mi rostro entre mis manos acariciando con sus pulgares mis mejillas, le dediqué una sonrisa tierna mientras que movía mi cara en su manos, se acercó y me dió un dulce beso, cargado de amor, ternura y dulzura. Me insto a ponerme la ropa interior, luego la camisa, y por último el short. Puso sus manos en mi cintura y me volteó rápidamente, estrelló sus manos en mi nalga izquierda para instarme a subir a la cama.
Puse mis rodillas y gateé hasta las almohadas. ¿Iba a pasar todo el día acostada sin hacer nada? Sí. ¿Qué estoy molesta con Lara? Más que molesta.
Luke toma la colcha gruesa blanca y la lleva hasta mi estómago, enciende el aire, luego se acuesta a mi lado.
—Es hora de hablar—Al escuchar esas palabras mi corazón dio un vuelco, espero que no vaya a terminar conmigo, porque creo que no hecho nada mal en esta relación.—¿Qué es lo que te está fastidiando por dentro Faith? Hay algo que no me estás contando, tienes que hablar conmigo cariño.— Las lágrimas se agolparon que mis ojos, la charla con mi madre, las peleas con Lara, el trabajo, siento que estoy cargando con muchas cosas.
—Tengo mucha presión Luke, cuando tuve el sueño fuí a hablar con mi mamá, buscando sus palabras de aliento, y lo que menos recibí fueron palabras de ayuda. Me dijo: Cuando te suceda algo real me avisas, me dijo que ya yo no era una niña para tener pesadillas y salir corriendo a los brazos de mamá.
—Disculpa que diga esto, pero tu mamá se pasó de estúpida. ¿Cómo se atrevió a decirte eso? Es una insensible, no le importa los sentimientos de su hija, su única hija, fue grosero de su parte decir eso. ¿Qué le pasa por su cabeza?—Siguió despotricando a mi madre, hasta que puse una mano en su hombro.
—Cálmate mi hombre gruñón, ya las palabras soltadas no se pueden recoger, ya el daño está hecho, no te preocupes por eso. Somos humanos, aunque me dolió mucho lo que me dijo, no puedo odiarla a muerte por eso.
—Pero es que...—Cómo vi que iba a seguir hablando tuve que callarlo con un beso, lo obligué a acostarse en la cama, me senté a ahorcadas sobre él.
—¿Te vas a callar o vas a seguir hablando?—Puse mis manos sobre su pecho, mientras que lo veía divertida.
—Me voy a callar, pero bájate de mí encima porque me estás excitando con tu forma sexy de regañarme, y si no quieres que te tome aquí y ahora, por favor bájate.—Le regalé una sonrisa pícara y me senté de nuevo en la cama.
