Aún recuerdo ese día, intentaba mover a mi gente para rescatarlas a las dos, en el ambiente se notaba la tensión y desesperación. Sabíamos a quién nos enfrentábamos, que el tipo era capaz de todo...Pero no de quitarme a mi niña.
Cuando ví su cuerpo...
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Faith
Luego de hablar con la señora Lila una gran pesadez se quedó instalada en mi estómago, Luke se sentirá devastado al enterarse que, el que estuvo con él toda su vida, en realidad no es su padre. Recojo las copas que utilizamos, las limpio, luego de pulirlas las guardo finalmente. Me siento junto a Ithlu, el posa su cabeza en mi pierna, señal de que quiere más atención. Recuesto la cabeza en el espaldar del mueble, cierro los ojos y poco a poco el sueño llega a mí.
Me encuentro en un lugar oscuro, no hay ni una ventana, ni una sola luz, ni un mísero foco, al voltearme y mirar hacia atrás me encuentro en un pasillo de secundaria, a los extremos hay casilleros, algunos golpeados, rayados o sencillamente rotos.
—¿Hola?—Veo así mi alrededor esperando encontrar alguna señal o persona—¿Hay alguien aquí?.—Sigo caminando por el corredor hasta que veo una gran puerta, sigo caminando hasta ella, cuando estoy cerca de atravesarla algo me arrastra fuertemente hacía atrás. Levanto la mirada para ver otra vez hacía la salida, pero ahora está parado allí Luke.
—Lo siento Faith.—Abro los ojos impactada, un montón de sangre sale de él, luego una ola de este líquido rojo inunda el pasillo, como si fuera un tsunami arrasador, me ahogo por toda la sangre que entró en mi boca sin previo aviso, hasta que poco a poco voy muriendo...
Abro los ojos desesperada, de repente me viene un ataque de tos, cuando me pongo la mano en mi boca para taparla veo que de ella sale...sangre. Me levanto rápidamente del sillón, camino hasta la cocina y me enjuago la boca, tomo una servilleta y quito todo rastro de agua. Okeeey... Eso me asustó.
Empaco la comida de mi hijo en una bolsa, tomo las llaves, el celular y por último cargo a Ithlu para dirigirme a la casa de mis padres, no sé si estoy paranoica, pero no quiero estar sola en casa.
...
Manejé con poca prudencia, debo admitir, pero desde el sueño OTRA carga de pesadez se instaló en mi pecho, una opresión que llegaba a ser asfixiante, es como estar muriendo ahogado, precisamente como pasó en el sueño pero esta vez, de una forma más real. Freno de forma estrepitosa haciendo que los neumáticos rechinen contra el pavimento, tomo las cosas con manos temblorosas, cargo a Ithlu, cierro el carro con seguro y toco fuertemente la puerta.
—¡Hola hija! ¡Qué alegría verte por aquí!— Su sonrisa se fué apagando a medida que notó mi expresión, las lágrimas empezaron a desbordarse sin ningún control, mi madre me abrazó con fuerza, me instó a pasar. Desde la sala la veo ir a la cocina a hacer uno de sus tantos tés, suelto a Ithlu para que camine y recorra la casa. Mi madre me tiende la taza humeante.
—¿Qué pasó hija? ¿Te hicieron algo?—La desesperación y miedo se apoderó de su voz, toda madre estaría preocupada al ver a su hijo o hija llorar.
—Tuve un sueño horrible.— Declaro mientras que la veo llorando.
—¡No me jodas!—Ahora pasa de preocupación a irritación, hasta quizá ¿rabia?—¡Ya no eres una niña para estar llorando por pesadillas! Pareces una bebé.
