Aún recuerdo ese día, intentaba mover a mi gente para rescatarlas a las dos, en el ambiente se notaba la tensión y desesperación. Sabíamos a quién nos enfrentábamos, que el tipo era capaz de todo...Pero no de quitarme a mi niña.
Cuando ví su cuerpo...
Ups! Gambar ini tidak mengikuti Pedoman Konten kami. Untuk melanjutkan publikasi, hapuslah gambar ini atau unggah gambar lain.
2 días después
Faith
Es Viernes en la tarde, me encuentro viendo infomerciales en la tele, este es uno de los días en el cual no sabes que hacer, si sacarte los mocos, hornear un pastel o tirarle pedos a la cobija. Me levanto ya hastiada de tener mi trasero hundido en el mueble, decido cocinar un poco. Por otro lado quiero comentar que, he trabajado con Buddy y con Gordon. Y tengo que decir que no se cual de los dos es peor.
Por un lado, Buddy es que quiere todo milimétricamente perfecto, si pones un punto de crema batida donde no va, bota todo el pastel, y Gordon es que quiere rapidez y excelencia a la vez. Claro, son distintos ambientes, Gordon trabaja en numerosos restaurantes, por lo que necesita los platillos listos lo antes posible, pero Buddy hace pasteles por encargo, así que tiene un par de días para completarlos. Así que si me preguntan, a veces prefiero la calma en la pastelería de Buddy pero a veces necesitas la adrenalina de él restaurant de Gordon.
Empiezo a hacer una mezcla de harina, leche, vainilla, una pizca de sal, azúcar, huevos, polvo de hornear y por último, mantequilla. Vierto toda la masa en un molde engrasado, lo dejo metido en el horno y espero unos minutos. Tomo mi celular y le doy Like a todas las publicaciones de las personas que sigo. Si es cierto que la gente me conoce por haber ganado el concurso, pero tampoco soy Kim Kardashian.
Escucho que alguien toca el timbre del portón, me acerco a la pantalla que se encuentra empotrada al lado de la puerta, veo que es Luke, parado con una sonrisa afuera. Rápidamente una emoción de verlo se instala en mi pecho, no sabía que vendría para acá. Abro la puerta, cuando lo veo al frente de mí, a solo unos cuantos pasos, corro, corro hacía el hasta abrazarlo y enrollar mis piernas en su cintura. Lleno de besos su rostro, una sonrisa se instala en mi cara, igual que en la de él.
Me bajo poco a poco, hasta quedar con la cabeza echada hacia atrás y mirándolo a los ojos.
—Hola. Veo que me extrañaste.— Dice mientras que sonríe pícaro.
—Naah, no eres indispensable para mi.—Hago un ademán de superioridad.— ,además, tengo mi dinero para valerme por mi misma.
—¿A sí?—Me toma por la cintura, pegándome a él.— Pues me dejaste muy mal desde la última videollamada.
—¿Enserio?—Hago un gesto para hacerme la que no entiende de lo que está hablando, solo lo hago para molestarlo un poquito más.—Yo no recuerdo.
—En ese caso, voy a hacer que recuerdes—Toma el borde de mi camisa y empieza a bajarla para dejar expuesta una parte de mi pecho, sin mostrarlo por entero, mi respiración se vuelve acelerada a medida que la tela desciende, mi piel se eriza a medida que deja rastro de sus dedos en mi piel.—Tu hiciste esto, y luego no me mostraste nada más.
—No mostré más porque no sabía si había alguien más en el lugar, o que alguien pudiese entrar. Así de simple. —Me volteo para volver a la casa, él toma mi muñeca y hace que yo gire de forma brusca, toma mi pecho con agresividad arrancándome un gemido.
