El Sueño De Susan✔️

3. Sigue tu camino, mi escritoria estrella

Habían pasado unas cuantas semanas desde que volví a iniciar clases, dentro de mi todo seguía igual, mi luto aún continuaba allí.

—Pensé que no vendrias a clase —dije al momento de ver a Tebi sentarse detrás de mí.

—Ya sabes como es mamá, en fin... conseguí el trabajo —dijo Tebi agarrando mi hombro

—¡Oh, en serio, me alegro por ti! —digo.

Tebi es mi mejor amigo desde que tenía 5 años, vive en frente de mi casa con su madre la señora Aby y su esposo el señor Teodoro Reyes. Tebi es hijo único, pero yo soy como su hermana (dice que soy la hermana que nunca tuvo). Los señores Reyes son personas encantadoras, a mi madre nunca les agrado a diferencia de mi padre, él sí se llevaba bien con ellos, siempre muy amable y saludable, al igual ellos les agradaba mi padre.

—Si, Bell necesitaba un empleado en su heladería así que no dude en decirle que yo era el empleado que necesitaba. Ya sabes, soy guapo y atraigo a las chicas así que eso servirá para atraer clientes.

Tebi saca pecho.

—Aja... si tú lo dices. Y vaya, trabajaras en Sevilla, el centro comercial más cool que tiene este pueblo.

—Eso es porque es el único centro comercial que tiene este pueblo, dah.

—Oh, cierto. En fin, ahora tendré un pretexto para ir a la heladería a ver tu patética cara —digo en chiste—. Y, sabes que allá mantienen tus ex, ¿verdad?.

Tebi frunció el ceño.

—No debiste recordármelo... pero da igual, las atenderé con gusto, además a ninguna de las 5 chicas les importo en lo mínimo y yo pues, ya deje esas malas vivencias hace tiempos. Así que ¡allí va el chico más apuesto de Sevilla! —Tebi sonríe mostrando sus perfectos dientes.

***

Pasaron las horas y llegó el momento de volver a casa.

—Deberíamos ir por el camino más corto, Susan —comentó Tebi.

—Sabes que me gusta caminar, así que no te quejes.

—Si, si... ¿Por qué no quieres ir por el sendero de los sueños?, siempre caminábamos por ese lugar de regreso a casa y ahora ya no quieres... Susan, si esto es por lo de tu padre... créeme que dejar de ir al sendero no ayudará en nada, al contrario, deberías recordar ese lugar, seguir yendo al sendero, y recordar lo bonito que la pasabas allí con tu padre, ese lugar es muy apreciado para ti y...

Lo interrumpo.

—Ya no digas nada Tebi, solo camina y no hables —apreté los puños y los afloje al instante.

—Susan, no puedes actuar así. No puedes simplemente ignorar tu realidad, está bien llorar, esta bien sentir tristeza. Lo que no está bien es que dejes que esa tristeza te consuma, que te haga desviar de todo lo que amas, que te aparte de esos lugares maravillosos que tanto te gustan. Dime, aquella historia que me dijiste que estabas comenzando a escribir, ¿sigues trabajando en eso?

No pude responderle.

—¡Ves!, estás dejando las cosas que más te gusta hacer... no renuncies a ese sueño del que tanto me hablabas desde que teníamos 8 años, no renuncies a tu sueño Susan, no permitas que eso pase.

Sus palabras me llenaron los ojos de lagrimas, en parte Tebi tenía razón, me estaba dejando llevar por la tristeza, estaba dejando a un lado mi sueño, pero... aunque prometí cumplir mi sueño por mi, por papá, algo dentro de mi no me deja, no siento esa misma inspiración de antes y no era por papá, soy yo, mi inspiración y mi imaginación de antes ya no la sentía y eso me daba impotencia. No quería abandonarlo todo, pero tampoco hacía algo al respecto.

—En mis sueños veo a papá, no hay una noche en que no sueñe con él. En mis sueños siempre está con una sonrisa en su rostro y sus ojos llenos de amor, me ve y luego dice: <<No abandones tu sueño, sigue tu camino mi escritora estrella>>, luego desaparece. Y créeme que no quiero abandonar mi sueño, pero no sé qué hacer para que esas ganas y deseos vuelvan a mi.

—Todo va a estar bien, Susan. Aquí estoy yo para ayudarte, ¿para eso son los amigo no?.

Tebi se acerca y me rodea con sus brazos. Me hacia falta un abrazo, ahora puedo verlo, a veces un simple abrazo y un "todo va a estar bien" puede sanar una parte en nuestros corazones.