23. La navidad es magia

145 69 53
                                    

Los días se pintan de colores y el ambiente navideño se siente en las calles del pueblo, luces alumbran en San Jorge y la alegría que se siente inunda mi corazón.
   
Amo la navidad, amo esos momentos en familia donde compartimos momentos maravillosos, risas y llantos. Aunque con los hijos de la tía Daliza es complicado compartir, siempre creyéndose los mejores en todo.

—¡Susan, no olvides arreglar el jardín! —grita mi madre desde las escaleras.

Gruño y me tiro a la cama.

—Pupi, como desearía ser un loro como tú en estos momentos.

Pupi menea su cabecita.

Me levanto y busco en mi closet unos shorts y mi camiseta de “quiero comerme tu páncreas” y bajo las escaleras rascando mis ojos y bostezando.

—¡Santo Dios, que le hicistes a la princesa! —dice mi madre viéndome de arriba abajo.

En casa soliamos ver mucho las peliculas de Sheck, por lo tanto nos sabíamos sus diálogos.

Rio para luego hacer una mueca.

—Soy yo burro, en este cuerpo —digo siguiéndole el juego.

Mi madre ríe para luego dar un suspiro.

—Sheck era una de nuestras películas familiares favoritas.

Sonrió con nostalgia —Si, extraño esos tiempos, con papá.

Edwar baja las escaleras vistiendo muy bien como siempre y oliendo bien, su cabello esta bien peinado con gel y lleva puesto un chaleco elegante. 

—¿A dónde tan elegante homero? —digo enseguida.

Edwar sonríe de lado —Tengo una entrevista.

Mi madre y yo cruzamos miradas.

—¿Una entrevista de qué? —pregunta mi madre confundida.

—De trabajo. Bueno, aún no les había comentado nada hasta no estar completamente seguro, pero es casi un hecho ya, así que es hora de que sepan. La empresa de electrónica de los Estados Unidos me dio la oportunidad de trabajar con ellos. Ya tengo todo preparado, solo pasaré la entrevista y haré algunos papeleos y luego me dirán cuando empiezo, es cuestión de días.

Mi madre y yo no dijimos nada por un momento.

Rompo el silencio —¿Por qué nos dices hasta ahora?.

—Ya les dije, quería que fuera una sorpresa y estar seguro que pasaba.

—Bueno, en todo caso si es lo que quieres, lo aceptaremos, y esperamos que te vaya muy bien hijo —dice mi madre sonriendo.

Volteo a ver a mi madre confundida.

¿Y por qué a mi no me dices lo mismo?. En fin, la hipocresía.

Edwar nos abraza fuertemente —Gracias, las amo. Debo irme, nos vemos al rato.

Edwar sale rápidamente y mi madre y yo nos quedamos allí inmóviles.

—Bien, no nos desconcentremos, sigamos nuestros oficios jovencita —dice mi madre reaccionando.

Inflo mi cachete derecho.

—Hoy no siento ganas de hacer nada.

—Tenemos que dejar todo listo hoy, tu tía Daliza y tus primos vienen mañana, no pueden ver esta casa patas arriba y darles de que hablar. Dejaré todo preparado para la cena de mañana, tengo que ir a comprar unas cosas. Susan, quiero ver el jardín arreglado para hoy y nada de escaparte para la casa de los Reyes.

El Sueño De Susan✔️Where stories live. Discover now