34. El club nocturno

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—Espera, ¿estas diciendo que este club es de la empresa de tu padre? —dice Jony con cara de asombro.

Todos estamos boquiabiertos.

—Marco rasca la parte de atrás de su cabeza. -Si bueno… no me gusta que me asocien con los negocios de mi padre ni que sepan que su hijo viene acá casi todos los fines de semana.

—Marco… ¿siete años esperaste para decirnos hasta ahora esto? —digo dudosa.

—Lo siento, pero no le tomé mucha importancia, ya saben como soy.

Pues si, Marco suele ser un hombre muy reservado, casi no habla de sus proyectos, de su empresa, ya que trabaja con su padre pero también maneja su propia empresa. ¿Qué como le queda tanto tiempo para divertirse?, pues simplemente porque tiene gente para que se encargue del trabajo, él administra su negocio y siempre saca el tiempo para divertirse.

—Bien, ahora sabiendo que Marco es como decir el dueño de…

—No soy el dueño —Marco interrumpe a Daniel.

—Si, si, pero eres su hijo así que por ende tienes ciertos derechos.

Marco voltea sus ojos —No le digan a nadie ¿ok?.

Todos asentimos.

Daniel se pone de pie y caminando al ritmo de la música se dirige a la pista de baila con una chica que apareció de no sé donde, agarrados de la mano. Camila y Katerín le siguen riendo y bailando.

—Bien, yo las acompañaré —dice Jony viendo a las chicas.

Goloso.

Ahora solo quedamos Marco y yo, sentados en el mueble sin decir una palabra.

Doy un sorbo a mi juguito de naranja —Y bien ¿Cómo te va con tu empresa? —digo para romper la tención.

Marco voltea a verme —¿Qué dices?, la música esta muy alta y no te oigo muy bien —dice Marco casi gritando.

Marco se acerca y nuestros brazos se rozan.

—¿Excusas para estar cerca mío? —digo levantando una ceja.

Marco sonríe mostrando sus perfectos y blancos dientes.

—Ahora si te oigo Ninfa.

Sonrió —¿Cómo vas con la empresa?.

Marco levanta una ceja —¿Quieres hablar de eso?, es aburrido mejor… hablemos de otros temas, como… —Marco pasa su mano por la barbilla pensativo—. ¿Hace cuanto no tienes sexo?.

Mis ojos se abren y siento calor en mi cuerpo y cara.

—¿Qué preguntas son esas?.

Marco ríe —Te pusiste roja como un tomate.

Cruzo mis brazos sobre mi pecho —No es cierto.

—Si, lo es.

—¡No!.

—Que si.

Comienzo a irritarme.

—¡Ash!, como sea, no contestaré tu pregunta tan patética.

—Lo sé, y también sé que no has estado con ningún otro hombre después de Mat…

Mat…

Fue mi primer y ultimo chico con el que he estado.

¿Es normal?.

—Marco, no hablaré de eso contigo ¿ok?.

Marco se pone serio —¿Aun lo amas?

—Marco… por favor.

Marco acerca su cara a la mía —¿Yo te gusto?.

Mis mejillas se ponen rojas —Marco, dijiste que no me ibas acosar y…

—Lo sé, lo sé pero ya pasaron dos semanas desde que te confesé lo que siento por ti, y todavía no me dices nada. A demás… ya pasaron ocho años y tú sigues aferrada al amor de Mat, un amor que, ya no existe…

No digo nada por un rato, no sabría que decirle, sus ojos están enfocados en mí, en mis labios… es tan fácil leer a Marco, pero tan complicado a la vez. Su expresión es seria, esperando una respuesta.

Voy hablar pero la voz de Katerín me interrumpe.

—Hey, chicos ¿por qué no vienen con nosotros? —dice Katerín moviendo sus caderas mientras baila.

Marco se pone de pie y extiende su mano hacía mi —¿Quieres bailar?.

Parpadeo.

—Sabes que no sé bailar.

Marco sonríe —Yo te enseño, no importa si me pisas.

—¡Eso! —Katerín abraza a Marco de lado para luego alejarse.

Tomo la mano de Marco y me pongo de pie.

Estando en la pista de baile, Marco comienza a decirme como moverme acorde a la música.

Cinco pisadas de pie después.

—Esto es vergonzoso Marco, soy pésima bailando, se mueve mas un tronco que yo.

Marco ríe —¿Las Ninfas no suelen bailar muy bien?.

Marco agarra mi cintura y tira de ella.

Posa su mano en mi mejilla —Eres tan hermosa Ninfa.

Una sonrisa se forma en mis labios —Me quieres volver a intimidar.

Rodeo el cuello de Marco con mis brazos.

—Me gusta intimidarte, eso me excita.

—Marco… —volteo mis ojos.

—Perdón.

Mis ojos se posan en sus labios, están tan carnosos y rojos que dan ganas de besarlo.

Me muerdo el labio inferior.

—No sé porque piensas tanto para besarme —dice Marco para luego agarras mi cara con sus dos manos y besarme apasionadamente.

¡Oh maiga!.

Besé a Marco y… se siente bien, me gusta, digo no fue como que después de besarlo me arrepentí y salí corriendo.

El beso de Marco me hizo erizar.

¡Joder! ¿Por qué estos chicos tienen que estar tan buenos?

El Sueño De Susan✔️Where stories live. Discover now