9. Edwar pide perdón

190 98 48
                                    


Después de una tarde de trabajo con Mateo y bastante intensa, sin dirigirme la palabra en todo el día, llegué a casa. Mamá aún no llegaba y Edwar se encontraba sentado en el sofá viendo TV.

—¡Susan! ¿Por qué llegas a esta hora?

¡Rayos!

Con tantas cosas del trabajo y del chico amargado se me había olvidado contarle a Edwar y a mamá que había conseguido trabajo en la cafetería del señor John.

—Lo había olvidado es que conseguí empleo en la cafetería del señor John.

—¡En serio! Y por qué decidiste trabajar, sabes que no hace falta Susan, por el momento deberías solo dedicarte a tus estudios, sabes que este es tu último año.

—Ya era hora, además quiero aportar en esta casa…

—Bueno, igual te apoyo —Edwar me ve. ¿Quieres sentarte y ver esta peli conmigo? Hace poco la puse así que no te estas perdiendo de a mucho.

Edwar me abre campo para que me siente a su lado, me da una sonrisa y no puedo decirle que no, me gusta pasar estos momentos así con mi hermano, me hace sentir acompañada, que no estoy sola en esta casa, y lo extraño cuando no está.

Traje jugo del refrigerador y palomitas que Edwar había preparado y me senté a su lado a ver la película.

***
 
—¿Por qué esas cosas no pasan en la vida real? —pregunta Edwar al ver una escena donde la chica le declara su amor al chico.

—¿Quién dice que no pasa? —Digo riendo.

—No pasa, por que siempre tienen que esperar a que el chico se le declare a la chica, mientras que puede ser al contrario también… en fin, nadie las entiende a ustedes las chicas.

Se echa una manotada de palomitas a la boca.

—A la mayoría de las chicas nos gusta que sean atentos con nosotras y nos enamoren, por eso esperan a que el chico les declare su amor infinito por ella, eso es romántico.

Edwar me ve sorprendido.

—Puede ser… pero no todas son así de románticas, a demás, las mujeres son muy bipolares, nadie las entiende, malo si las tratas bonito y malo si no. La otra vez le dije a Nora que se veía bonita con su vestido que la hacía ver como una barbie y me dio una cachetada diciéndome: <<¿o sea que las otras veces no lo parezco?>>. Agh quién las entiende, mujeres…

Mientras sorbía mi juguito no pude aguantar la risa por lo que hizo que mi bebida saliera por mi nariz.

Edwar rie al instante.

—No deberías reírte cuando estas bebiendo algo —dijo Edwar entre risas.

—Y tú no deberías ser gracioso cuando éste bebiendo.

Edwar me ve y frunce el ceño —No estaba siendo gracioso, ven, ustedes las mujeres todo les parece gracioso, pero cuando uno dice algún chiste ustedes se lo toman personal. En fin, mujeres…

Seguimos viendo la película y riendo cuando pasaba algo gracioso.

—Susan… ¿cómo te has sentido? —dijo Edwar de un momento a otro.

Me tomó por sorpresa su pregunta —¿A qué te refieres?

—Después de lo de papá… después de esa vez, tú y yo casi no hemos platicado mucho, en parte por mi trabajo.

—Yo… estoy tratando de avanzar, aún lo extraño pero, pronto dejará de doler.

—Susan, perdóname —dice Edwar mirándome a los ojos— Perdón por no estar contigo cuando más necesitabas de un consuelo.

—Tranquilo, no pasa nada…

—No sí pasa, yo debí estar contigo, por Dios ¡eres mi hermana! Mi única hermana y no estuve cuando mas me necesitaba, solo me preocupe por mi trabajo y salir con mis amigos a beber y tratar de calmar mi dolor. Lo siento mucho, Susan…

—Esta bien, ya paso, ahora… lo importante es que estamos aquí juntos, como solíamos estar los fines de semana —digo sonriendo.  

Edwar me da un abrazo.

—Te quiero hermana menor —dice

—Y yo a ti hermano mayor.

—¿Recuerdas cuando nos quedábamos hasta tarde viendo TV y  papá bajaba por nosotros para hacernos ir a la cama? —dice Edwar con una sonrisa.

—Claro que lo recuerdo, papá bajaba muy silencio y nos sorprendía.

—Recuerdo una vez cuando nos hicimos los dormidos y papá bajo con mamá a llevarnos a cama…

—Pero cuando papá te iba a cargar se le salió un gas —dije al instante.

Edwar y yo reímos a carcajadas.

—Como olvidar esos momento…

—Si…

Edwar y yo nos quedamos en silencio por un momento hasta que Edwar rompió el silencio.

—Papá siempre quiso lo mejor para nosotros... y siempre hablaba de tu sueño, el sueño de ser escritora… ¿cómo vas con eso?.

Me quedo un momento en silencio y luego hablo.

—No fue fácil… quise rendirme, creía que no podía lograrlo, papá era mi motor y ahora qué no está, pensaba que no iba a ser capaz de lograrlo… pero papá me decía que nunca me rindiera a mi sueño, porque los más grandes soñadores nunca se rinden… entonces entendí que no puedo rendirme tan fácil, que seguiré escribiendo y haciendo lo que más me gusta hacer. Porque algún día seré una escritora muy conocida en todo el mundo, yo sé que si…

Edwar me da una sonrisa —Estoy orgulloso de ti hermanita.

Me revuelca el cabello.
 
Después de ver la película con Edwar me fui a mi habitación, Edwar se quedó en la sala a terminar algo que tenía pendiente y mi madre llegó al rato, se metió a su cuarto y de allí no volvió a salir hasta el siguiente día.

Con Pupi en mi hombro me quedé sentada en la ventana, recibiendo el aire frio de la noche.

Mi loro parlanchin era mi compañia en esta desolada casa.

—Pupi, tú no te vayas a morir nunca, eres mi compañero de vida y sin tí... la vida se vería gris... te quiero Pupi, aúnque a veces hables mas de la cuenta —Acaricio su cabecita suavemente.

El Sueño De Susan✔️Where stories live. Discover now