32. Presentimiento

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Mi celular vibra, estiro mi brazo hasta llegar a la mesita de noche, con mis ojos entrecerrados echo un vistazo para ver el nombre de Marco en la pantalla.

Marco: Abre la puerta, estoy afuera.

Frunzo mi ceño en confusión.

¿Qué hace Marco a estas horas aquí?.

Echo un vistazo a la hora.

¿Queeee? ¿Cómo va a ser esa hora?

¿Tanto he dormido?.

Mi reloj marcaba las 12:00 del medio día.

Anoche…

¡Oh!.

Recordé que me había dormido a las 3 de la mañana.

Toda la noche la pase editando parte de mi historia.

Agradecida con el de arriba, hoy era sábado, por lo tanto no tenía trabajo.

Agarro mi celular y me siento en mi cama. Entro al chat de Marco para escribirle.

Yo: Ya voy.

Bajo las escaleras como zombi, con mi cabello como si me hubiera cogido la electricidad, abro la puerta para ver a Marco que me observa  de arriba abajo.

—Te ves fatal —dice Marco al final.

—Cállate —digo adentrándome—. ¿Por qué apareces a esta hora sin avisarme?.

Marco levanta una ceja —¿Alguien se desvelo escribiendo?… a demás te llame como diez veces y no respondías así que decidí venir.

—Ah… si, necesito terminar mi libro, y en las noches es cuando mas entra mi imaginación. ¿Quieres café?.

—Me diste justo donde era —Marco guiña un ojo.

—Te conozco y sé que amas el café.

Después de preparar el café, Marco y yo nos dirigimos a la sala de estar con las tasas de café en nuestras manos.

—¿Y como te va en el trabajo? —pregunta Marco de la nada.

—Bien, hablar con los chicos sobre sus problemas es interesante, también se aprende mucho de ellos aunque la mayoría de adultos no lo vea así.

—Es el espíritu de la juventud —dice Marco sonriendo.

Rio —Claro y nosotros aún somos jóvenes.

—Ninfa…

Marco me ve a los ojos,  estamos tan cerca que casi puedo escuchar su respiración, sus ojos se posan en mis… ¿labios?.

¿Por qué me ve así?.

No sé porque tengo un presentimiento extraño últimamente departe de Marco hacía mí.

Como si Marco sintiera la tención del momento, rápidamente se aparta un poco de mi.

—¿Vamos a comer algo?. No he comido nada y me imagino que tú tampoco.

Ok eso fue raro.

—De acuerdo —fue lo único que dije.

Subo a mi habitación para bañarme y alistarme.

Una hora después, bajo a la sala de estar para ver a Marco tirado en el suelo boca arriba con una pelotita  en la mano lanzándola hacía arriba.

Al verme se pone de pie.

—Casi que no ¿Qué tanto hacías?

—Que exagerado. Bien ¿nos vamos?.

—En fin, mujeres —dice Marco volteando sus ojos.

El Sueño De Susan✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora