El Sueño De Susan✔️

13. Mi lugar favorito

      
Era un día maravilloso, abro mi ventana y dejo que la brisa entre y refresque la habitación, el sol está brillando y el cielo está de un hermoso color azul.  

Me siento en mi cama por unos minutos a reflexionar de la vida (de vez en cuando lo hago). El otro año ire a la Universidad, pienso en mi futuro, pienso en cómo me irá en la Universidad, ¿podré dar este paso en mi vida?, ¿y si me gana el miedo y no puedo cumplir mis sueños? O ¿si podre dejar el pueblo donde he vivido toda mi vida e ir a un lugar desconocido para mí?.

Sacudo mi cabeza y quito de mi mente los pensamientos negativos. No puedo dejar llevarme por el miedo. Podré hacerlo, no será fácil pero lo haré.

Me doy una ducha, pongo mi música favorita para bailar mientras me enjabono.

Agarro el tarro del shampoo y lo uso como micrófono y canto:

“Antes de los veinte, dicen que se vale tener delirios de delincuente…”.

Oh, estoy a poco de cumplir dieciocho. Ahora seré una adulta con responsabilidades.

“Robar corazones pero también ver lo que se siente y ay que mal se siente… sin que me arrepienta, quiero enamorarme mas de mil veces perder la cuenta, poder distinguir mi media naranja si ella me encuentra, si por fin me encuentra… “

Yo quiero enamorarme todos los días de la misma persona…

Mat.

Sacudo mi cabeza.

Oh vamos Susan, deja de pensar tanto en Mat, él solo te ve como su amiga.

Terminó de ducharme, me coloco un hermoso vestido con girasoles estampados.

y bajo a la cocina y me preparo unos sándwiches. Edwar ya había salido a su trabajo y mi madre dormía, su turno comenzaba después de medio día.

Salgo de casa y me dirijo a la cafetería, camino por el sendero de los sueños y me siento más viva que nunca, echo un vistazo a la casita del árbol y sonrió al recordar cuando mi padre la construyó.
 
—Mira Susan, ya casi está lista la casita. Aquí vas a poder jugar, escribir, hacer lo que te gusta sin que nadie te moleste.

Así me vaya a otro lugar, nunca olvidaré el sendero de los sueños, el lugar donde pase toda mi niñez y adolescencia. Les contaré a mis hijos de ti y de lo maravilloso qué es este lugar. Lo prometo.

Unas pequeñas lágrimas bajan por mis mejillas pero rápidamente me limpio.
 

***

 
—¿Por qué crees que el Señor Anderson tiene siete dedos en los pies?.

—Fíjate bien, sus zapatos son enormes, sus pies son grandes Mat, ¡oh por Dios, creo que el Señor Anderson cometió algún pecado y por eso Dios lo castigo con 7 dedos en sus pies! Oh Mat muero de la intriga de ver sus pies.

Mat hace un gesto de confusión.

—¿Siempre eres así de exagerada? Tienes problemas con tu imaginación. No me imagino como habrás escrito tu novela con esa imaginación que te mandas. A demás, tú que sabes si tiene siete dedos, no inventes cosas.

—¡Oh vamos Mat! No me digas que no tienes curiosidad —digo entrecerrados mis ojos.

Mat se queda pensativo.

—No.

—Bien, pues yo no me quedaré con la intriga —me doy la vuelta.

—¿Qué vas hacer, Susan?.