19. Felices dieciocho

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Abro mis ojos y lo primero que veo es a mi loro Pupi parado en la ventana.

—Pupi, qué haces ahí —digo rascando mis ojos.

Pupi mueve su cabeza de un lado a otro.

Me siento en mi cama y me quedo viendo la nada por un rato. Después de reaccionar me pongo de pie y me dirijo al espejo, veo mi cara y mi cuerpo de arriba abajo, pensé en encontrar algún cambio ya que tengo dieciocho.

Los cumpleaños son una fecha tan especial e importante en una persona.

Luego de bañarme y de arreglarme y ponerme mi vestido favorito de girasoles, bajo rápidamente y me dirijo a la cocina, mamá se encontraba haciendo sándwiches.

—Buenos días Susan —dice mi madre sin voltear a verme.

—Buenos días madre, pensé que estabas trabajando.

—Hoy me dieron el día libre.

Mamá se voltea y luego se acerca a mí.

—Feliz cumpleaños Susan.

Una pequeña sonrisa asoma de los labios de mamá.

—Oh, gracias mamá.

Mi madre me da un fuerte abrazo para luego llegar Edwar corriendo escaleras abajo como si no hubiera un mañana.

—¡Susan!.

—¡Edwar! —digo igual de emocionada que él.

—¡Susan!.

—Bueno ya deja la payasada, Edwar —dice mi madre poniendo sus ojos en blanco.

—Susan, sabes que eres mi hermana favorita y la mejor que tengo…

—Eh… eso es porque soy la única hermana que tienes…

—Bueno… si, es verdad… sabes que hoy es el mejor día de tu vida. ¡Feliz cumpleaños Susan!.

Edwar me da un fuerte abrazo que casi me deja sin aire.

—Muchas gracias a los dos, ¡estoy tan emocionada!, quiero saber que aventuras traerá  el día de hoy.

—Controla tus emociones niña, que te puede dar algo. Bueno, pasen a la mesa, que ya esta el desayuno.

Edwar y yo corremos rápidamente y nos sentamos a esperar el desayuno.

Despues del gran desayuno, Edwar subió rápidamente a su habitación y bajo al instante.

—Yo tengo un regalo para ti, Susan. Quería que fuera algo que pudieras recordarme cuando lo vieras… y pues, como el próximo año te vas a estudiar, quise darte esto.

Edwar extiende su mano hacia mí.

—¡Oh Edwar!, ¡es maravilloso, muchas gracias!.

Era un pequeño girasol dentro de un cristal y dentro de ese cristal había una foto de Edwar y yo.

—¿Recuerdas ese día? —dice Edwar señalando la foto.

—Por supuesto, esa foto nos la tomo nuestro padre… cuando nos llevo al campo de girasoles y tú estabas enojado porque no te gustaban los girasoles y decías que eso era para niñas.

Edwar ríe y mi madre igual.

—Si… al final nos tomo esa foto, yo quede con cara de enojado y tú mas alegre que nunca.

—Si…

—Bueno, yo también tengo un pequeño regalo para ti, Susan, ahora vuelvo —dice mi madre con una sonrisa.

El Sueño De Susan✔️Where stories live. Discover now