46. Somos uno solo

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Nueve años después.

-Mat, te he dicho que no le des la Tablet a Matías si no ha terminado su tarea – digo mientras le doy una mirada de pocos amigos a Matías.

-No deberías ser tan estricta con Mati – dice Mat revolcando el cabello de Matías.

-Y tú no deberías llevarme la contraria. Sé como educar a Matías.

-Mamá es algo aterradora – Mat susurra cerca al oído de Matías.

Arrugo mis cejas para luego agarrar a Mat del cuello de su camiseta y tirar de ella.

-¡No soy aterradora, deja de decirle eso a Matías!.

Matías ríe. -Hasta papá te tiene miedo mami.

Mat se sonroja. -Yo no le tengo miedo… bueno, solo un poco.

No aguanto más y suelto una risa.

-Mi hijo y mi esposo me tienen miedo – cruzo mis brazos.

-Ash, cuando te conocí no eras así. Ahora me golpeas cuando te llevo la contraría… es un fastidio pero no sé por qué me gusta -Mat rasca la parte de atrás de su cabeza.

Matías voltea sus ojos -Papá eres masoquista.

A pesar de tener tan solo ocho años, Matías era un niño muy inteligente y su forma de expresarse era como de un chico mas grande y mas sabio.

Mat sonríe y acaricia mi mejilla -Tú y yo somos uno solo.

Me acerco a Mat para darle un corto beso. -Te amo Mat.

Mat sonríe -Y yo a ti, bonita.

Matías hace una mueca de asco -Presenciar su amorío es un completo fastidio, mejor iré a mi habitación – dice y se marcha con las manos dentro de sus pantalones.

-Es igualito a ti – digo sonriendo.

Mat asiente -Pero también se parece mucho a ti. Su cabello es castaño igual que el tuyo.

-Y sus ojos son tan oscuros como los tuyos – digo.

Mat sonríe -Y en gustos, le encanta leer igual que a ti.

Sonrió -Por eso es tan inteligente.
 

Nunca me había sentido tan feliz en mi vida. Tenía una de las cosas que tanto deseaba, una hermosa familia.

¿Qué como termine con Mat de nuevo?.

Sonrió.

Por mas que tratara de dejar atrás el pasado y engañando mis sentimientos. La verdad era que nunca deje de amar a Mat. Por mas que lo intentara, no podía y eso me dolía.

Mi relación con Marco termino de la mejor manera. Unos días después de volver de nuestras vacaciones hace nueve años, tome una decisión.

No pude corresponder al amor que Marco me ofrecía y no podía seguir haciéndole daño.

Me gustaba mucho, si. Marco es un chico muy guapo y me atraía mucho. Pero mi corazón pedía a gritos su verdadero amor.

Mat…

Después de haber terminado con Marco  mande todo al carajo, renuncie a mi trabajo y fui a por Mat sin pensarlo dos veces.

Lo había encontrado.

Después de insistir tanto, lo pude ver. Allí estaba Mat, con su traje puesto, se veía tan guapo que no pude resistir y me lance a sus brazos, lo bese como nunca antes lo había besado.

Al verme no lo podía creer.

Después de haberle contado todo, Mat me abrazo fuertemente.

-Te amo bonita, te amo – dice Mat mientras me abraza.

-No quiero separarme de ti. Quiero estar contigo el resto de mi vida Mat.

Mat se aparta un poco de mí para verme a los ojos -Sé que tal vez no es el lugar adecuado para decirte esto pero… Susan Gonzales… ¿quieres casarte conmigo?.

Mis ojos se abren llenos de sorpresa y emoción.-¡Oh Mat!, es tan romántico. Acepto – digo dejando salir una lagrima.
 

Ahora la casa del abuelo de Mat es nuestro hogar. De vez en cuando Mat va a la cafetería “John’s” (así Mat decidió nombrar la cafetería en nombre de su abuelo).

-Iré a la cafetería, volveré al rato – Mat me da un beso.

-Cuidate cariño.

Subo las escaleras para el segundo piso, al pasar por la habitación de Matías, veo que su puerta esta entre abierta.

Golpeo.

-Puedes pasar – dice Matías.

Al entrar veo a Matías con el ajedrez de Mat encima de su cama.

-¿Piensas jugar solo? – digo acercándome.

Matías se queda analizando el juego por unos segundos. -Quiero entender mas a fondo este juego, para poderle ganar a mi padre.

sonrió -No ha habido alguien que le gane, pero sé que tú descubrirás la manera, eres un niño muy inteligente.

Matías rasca la parte de atrás de su cabeza -Es un fastidio tener que entender este juego tan aburrido, pero no quiero quedarme atrás, quiero superar a papá.

Le doy una sonrisa -Lo harás hijo mío.

-Mamá… tú y el tío Tebi solían jugar mucho este juego con papá ¿no es así?.

-Claro.

-¿En ninguna perdió papá? – pregunta Matías con curiosidad.

Niego con la cabeza -Nunca le pudimos ganar a tu padre.

-Pero el tío Tebi también era muy bueno en este juego ¿no es así?, él me decía que muchas veces le ganó a mi padre.

Tebi no cambia.

-Tebi era muy bueno, pero aun asi siempre ganaba Mat -pienso-. Ah, ya que me acuerdo, una vez Tebi me comento que había ganado con Mat en un juego.

Matías se asombra -¿Solo una vez?.

Asiento.

Matías se queda analizando el juego por un momento.

-Creo que ya lo entendí – dice Matías sonriendo. Todo se trata de ser estratega. Ahora si le voy a ganar a papá.

sonrió -Ese es mi hijo.
 

El Sueño De Susan✔️Where stories live. Discover now