Damas y caballeros, sean invitados a encender sus motores. Pues tendremos a Michael Schumacher nuevamente en la Fórmula 1. Schumacher Racing se sumará este año, conformando así, uno de los ahora once equipos que competiran para el gran campeonato mu...
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21 DE JULIO 2019 AEROPUERTO INTERNACIONAL DE EZEIZA BUENOS AIRES, ARGENTINA
-No quiero irme.- me dijo él, aferrándose a mi cuerpo con sus maletas a sus lados y en la sala de espera del aeropuerto, al que habíamos llegado hacía unos pocos minutos.
-Lan yo tampoco. Quisiera que esta semana dure para siempre, pero... tenemos mucha gente esperando por nosotros. A parte hay que entrenar muy bien para la semana que viene, son solo siete días. En un abrir y cerrar de ojos me tenes ahí, abrazandote devuelta.- sonreí al ver su sonrisita, siendo participes ambos de como llamaban a nuestro vuelo y caminando, con nuestras maletas a nuestros lados.
El avión privado que el equipo había mandado para mí dejaría a Lando en el Aeropuerto de Woking, para después ir hasta Berlín, donde finalmente me quedaría el resto de la semana antes de viajar hacía el próximo GP, el cuál se disputaría en el mismo país, a solo unas horas de viaje desde nuestra sede Alemana.
Sonreí al ver como Lando cargaba sus maletas y trataba de agarrar mi mano al mismo tiempo, para después soltar una risita mientras bajabamos la rampa, visualizando el Jet de color negro con un lobo gigante en color dorado.
-¿Vos decis que se den cuenta que nos vinieron a buscar?- digo, mirando hacía la gente que se ponía contra las placas de vidrio para ver el avión de gran inmensidad y que gritaba la palabra 'lujo' donde lo mires.
-Gale, creo que es tuyo.- me dice Lando, mientras yo frunzo mi ceño, mirando el avión con atención y el número 10 en una de las alas verticales, tambien en color dorado.
Yo simplemente me quedé callada, mirando la inmensidad de éste y entregando mis maletas a quién las subiría. Caí en el mundo cuando el piloto agarró mi mano para subir las escaleras de la nave.
Al subir, entrar y dejar mi mochila en uno de los sillones realmente abrí mis ojos, dándome media vuelta para señalar al cuero con mi nombre grabado en él.
-Dice mi nombre.- digo, con algo de emoción mientras Lando pegaba unos leves saltitos.
Reí mirándolo mientras se acercaba a mi cuerpo rápidamente, agarrándome de la cintura mientras él me miraba de manera fija.
-Vamos a poder escaparnos cuando querramos.- dice el británico, alzando y bajando sus cejas con rapidez.
-Que diga mi nombre no significa que sea mío completamente, Lan. Pero si sabes manejar un avión y no tenes miedo de robarlo, acepto que nos escapemos.- hablo yo, llevando mis brazos encima de sus hombros, abrazándolo así mientras mis manos se posicionan en su nuca, acariciando su cabello levemente crecido.
