RUN | F1

look at me, clara.

AD: SMUT
leer bajo propia conciencia.
+15

maraton 3/3

23 DE AGOSTO, 2019
VIERNES, 2:32 AM
SAN CARLOS DE BARILOCHE, ARGENTINA

Acomodé mi vestido, escuchando como mi playlist se reproducía en el tele desde mi celular. 'Otro trago' de Sech sonaba mientras yo alaciaba mi cabello de color marrón.

El espejo reflejaba absolutamente todo lo que pasaba detrás, y no pude evitar sonreír al ver como la mano de Lan se posaba en mi cadera para acercarme a él.

Su otra mano agarró la plancha y comenzó a hacerlo él, con cuidado y delicadeza, demostrando cuanto lo había ayudado tener hermanas menores.

—Se que es la quinta vez que te lo digo... pero estas muy muy hermosa.— me dice, mientras yo agarro la maquina, apagandola y dejándola encima de una superficie que soporte el calor que ella seguía largando.

—Te amo.— dije, acomodando el cuello de su camisa mientras mis manos en su cuello lo atraía aún más hacía mí.

Su mano subió y dejó uno de los mechones de mi cabello detrás de mi oreja. Agradecí al universo no haberme puesto labial hasta ese momento, por que sus besos más ese rojo intenso que tenía en mi mano; dejarían mi cara hecha un payaso.

Mi mente dejó mi cuerpo cuando sus besos bajaron por mi cuello, sus dedos tocaban mi piel de una manera que nunca podría explicar con mis palabras en voz alta sin que me de calor.

Y de repente siento como su mano agarra la mía y como su cuerpo se acompaña al mío directamente para el baño privado que teníamos en la habitación. Solté una leve risita al notar sus intenciones y me apoyé directamente contra la mesada del lavamanos, mirando como el chico frente a mi cerraba la puerta con rapidez.

Más mi vista no solo captó sus manos entre esos movimientos, si no que mis ojos viajaron directamente al pantalón del menor que ahora se acercaba a mí de manera decidida.

Mis ojos se fundieron con los suyos y casi como si de una coreografía pactada se tratara fui desabotonando cada uno de los botones que cubrían su piel, mientras el subía mi vestido de manera lenta, pasando su mano por todo mi muslo, acariciando mi pierna de manera suave.

Mi mano se atrevió y la bajé hasta su duro miembro, sin sacar un segundo mi mirada de sus ojos, que a esta posición estaban un poco encima de los míos, quedando levemente más alto que yo.

Él, de manera rápida llevo una de sus manos a mi cuello, sin querer separarse un segundo de mi piel.

Mi pecho subía y bajaba con la misma rapidez con la que sentía los leves suspiros que daba el chico sobre mis labios, con sus ojos expectantes a mi, a mis acciones, a mis manos.

Guardamos silencio. No hacía falta hablar, al menos no para nosotros. Nuestras miradas decían el absoluto de todo ante nuestras acciones.

Sentí su piel caliente ante mi tacto cuando mi mano desabrochó su pantalón y sentí su sonrisa tan cerca de mí que me hizo sonreír casi al mismo tiempo.

—Me vuelves loco.— dijo, en un susurro jadeante.

—Lo sé.— susurré yo, dejándome tomar por sus manos que me elevaban hacía la encima del mesón.