we are real.

3.7K 309 54
                                    

20 DE NOVIEMBRE, 2019SÃO PAULO, BRASIL04:58 A

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

20 DE NOVIEMBRE, 2019
SÃO PAULO, BRASIL
04:58 A.M.

Sentí sus brazos abrazarse a mi cuerpo de manera cálida, mientras yo ponía la carta dentro de ese sobre, sin saber muy bien donde dejarla o hacía donde mandarla.

El nombre de esa persona que marcó tanto en mí estaba escrito en tinta negra, en cursiva y con un sentimiento que no explico.

—¿Estás mejor?— me dijo, haciendo que me desconcentre totalmente de la especie de lapicera en la que había perdido mi mente.

Despúes de varios minutos en el sepulcral silencio, me aferré al cuerpo del chico, donde lo único que se escuchaba ante mi propia perspectiva era el latido de su corazón, ya que prácticamente estaba encima de él, negándome completamente a soltarlo.

—Creo... — respondo, mientras él se encarga de levantar mi cabeza de manera leve, haciéndo que mi mirada caiga sobre sus ojos.

—Está bien no estar bien, Gale.— su voz quebrada provocaba estragos en mi ser, en mi corazón. Se lo mucho que lo destruía verme así, lo supe desde el segundo que no le importó dejar su trabajo y su vida de lado, hace unos meses, en el cumpleaños de Sach. Y lo supé desde el momento que dejó su país solo por que yo no dejaba de llorar metida en mi cama. Lo supé por la forma en que me mira, por la forma en la que me contiene y sostiene.

—Fue lo más díficil que hice en toda mi vida, Lan. — digo, al borde del llanto, mientras Lan sonreía levemente, corriendo las lágrimas que caían por mi rostro.

—Amor, está bien llorar. Esta bien despedirlo. Estas haciendo las cosas bien, y acá estoy si necesitas que llore contigo, por que ando melancolico. Sabes que odio verte sufrir... aunque a veces el sufrimiento sea inevitable. — solté una leve risita, dejando que el dejé un besito sobre mi frente, asintiendo hacía sus palabras.

Sus caras graciosas me causaban una sensación de felicidad que me hacían sonreír aunque me sienta en el peor momento de mi vida, y me resultaba un tanto increíble que solo él podía causar eso en mí y en mi ser.

—¿Sabes? una ve escuché como Sacha le decía a mi mamá que nosotros ibamos a terminar juntos.— dije, soltando una leve risa al acordarme, mientras Lando fruncía su ceño.

—¿Él me conocía?— preguntó, y yo solo asentí.

—Fue mi mejor amigo durante mucho tiempo, lo conocí en Texas... yo tenía como seis años, el unos ocho. Desde ahí no nos separamos. Eramos Carola, Sacha y yo. — digo, recordando todo con una gran melacolía en mí. —No solo perdí a alguien importante... perdí a mi mejor amigo, y me permití estar destrozada por eso mucho tiempo. Hasta que llegaste vos...— dije, enfocando mi mirada en sus ojos, mientras sentía como las lágrimas seguían bajando y él, tratando de secarlas a dos manos.

—¿Yo? ¿yo?— dice el británico, haciéndo que asiente levemente.

—Esa primera noche en Madrid, cuando me pasaste a buscar, estaba lloviendo... — recuerdo, entre las caricias que sus dedos dejaban sobre mis mejillas.

RUN | F1Where stories live. Discover now